Domingo, 25 de junio del 2023

IV Semana del Salterio

  • Primera lectura: Jer 20,10-13: Me acechan…  pero conmigo está el Señor.
  • Salmo Responsorial: 68: Mi oración se dirige a ti, Dios mío… escúchame…
  • Segunda lectura: Rom 5,12-15: Por Adán vino el pecado, por Jesús vino la gracia.
  • Evangelio: Mt 10,26-33: No les tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no más…

Color: VERDE

«NO TEMER»

Por P. Wilkin Castillo, San Juan de la Maguana

Nos encontramos celebrando el Domingo Decimosegundo del Tiempo Ordinario. Es una oportunidad sentirnos todos convocados por Dios, para participar de su gracia divina por medio de la Eucaristía. Dios se hace presente en medio de nosotros y nos regala su amor incondicional, a través de su santa palabra y de la Eucaristía.

Se nos relata en el Evangelio que, en aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No tengan miedo a los hombres.» Hoy Jesús aconseja a sus amigos y les invita a no tener miedo. Esa exhortación de parte de Jesús llega hoy también a nosotros, para que seamos resilientes ante las adversidades de la vida.

 Si nos detenemos un poco nos damos cuenta que por miedo Pedro negó que era amigo de Jesús y llegó a decir que no andaba con él cuando lo interrogaron. Por miedo los discípulos tenían las puertas de la casa cerrada después que crucificaron a Jesús. Por miedo dejamos nosotros también de lograr muchas cosas en la vida, es decir, el miedo nos paraliza, nos quita el sueño y nos roba la paz.

«Porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse.” Esta frase está muy relacionada con nuestro diario vivir y nos compromete a vivir la integridad, un valor humano incomparable. «Lo que les digo de noche díganlo en pleno día, y lo que escuchen al oído pregónenlo desde la azotea.» Estaparte tiene que ver mucho con la transparencia y la ética que todos debemos encarnar y defender para edificar un mundo mejor.

«No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.» Una vez más sale a relucir el miedo con una connotación diferente, no temer a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Sin temor a equivocarme esta es la razón poderosa por la que muchos santos alcanzaron la santidad, pues, nunca tuvieron miedo a los que podían atentar en contra de su cuerpo y de su vida, su conocimiento de Dios era tan grande que sabían que padecer, sufrir, ser rechazados, ser perseguidos, era una manera de hacerse uno con Dios.

«Teman al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo.» Dios es un Dios restaurador, no un destructor inmisericorde, él es padre misericordioso, Jamás va a procurar la muerte y la destrucción de nosotros sus hijos. «¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga su Padre.» Dios es Padre y Señor de nuestra historia, él dirige toda nuestra vida, nos da la libertad para elegir y la voluntad para amar.

 «Pues ustedes hasta los cabellos de la cabeza tienen contados. Por eso, no tengan miedo; no hay comparación entre ustedes y los gorriones.» No olvidemos, somos el tesoro de Dios puestos en sus manos, valemos más que todo el oro del universo.

 «Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.» Finalmente nos dice el Señor que somos el producto de lo que hacemos y decidamos.

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