Domingo, 12 de mayo del 2024
- Primera lectura: Hech 1, 1-11: “¿Qué hacen ahí parados mirando al cielo?”
- Salmo Responsorial: 46, 2-3.6-9: “Batan palmas, aclamen a Dios con gritos de júbilo”.
- Segunda lectura: Ef 1, 17-23: “Cristo es la plenitud de todas las cosas”.
- Evangelio: Mc 16, 15-20: “Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio”.
Color: BLANCO
“LA ASCESIÓN CRISTIANA”
Por P. Wilkin Castillo, San Juan de la Maguana
Hoy hacemos una especie de corte, en el sentido de interrumpir el curso normal del tiempo pascual, digo esto ya que celebramos en este domingo la Solemnidad de la Ascensión del Señor. “Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.” En el libro de los Hechos de los Apóstoles encontramos que una vez Jesús movido por el Espíritu Santo escogió, formó y envió a sus discípulos, ascendió al cielo. Este ascender es la Solemnidad que celebramos hoy, la Ascensión del Señor.
Al final de este mismo libro Jesús con mucha propiedad y a viva voz les dice a los discípulos: “Cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, recibirán fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.” Que podemos dilucidar con todo esto, que Jesús primero asciende al Padre y luego desciende en pentecostés, fiesta del Espíritu Santo sobre los discípulos en forma de lenguas de fuego. Este proceso tiene un sentido teológico profundo, sin dudas, es una hermosa pedagogía espiritual.
“El mismo Jesús que les ha dejado para subir al cielo volverá como le han visto marcharse.” En esta frase se engloban dos acontecimientos, la ascensión que celebramos hoy y pentecostés que celebraremos este próximo domingo.
En el Evangelio se nos anuncia que, en aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado.”
Aquí entran en acción algunos verbos, vayan, proclamen, creer y salvarse. Los dos primeros verbos, ir y proclamar, corresponden al que es enviado, los dos últimos, creer y salvarse, corresponden a aquellos a quienes en libertad se le proclama y se le anuncia el mensaje. Cabe decir aquí: la famosa frase de San Agustín: “El que te creo sin ti no te salvar sin ti”
Sigue diciendo el autor sagrado o hagiógrafo, que a los que crean, les acompañarán estos signos: “Echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.” En todo este proceso, es más beneficioso creer que no creer, pues el que no cree se hunde y se consume en su propia ignorancia, más el que cree ve la gloria de Dios y su infinita bondad manifestada en su vida.
Finalmente, después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba la Palabra con los signos que los acompañaban. Que nosotros también ascendamos en las buenas obras, siendo solidarios, estando disponibles para los demás, perdonándonos mutuamente, escuchándonos y viviendo el cristianismo a plenitud de manera coherente.
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Donde la Solemnidad de la Ascensión del Señor se celebra el jueves, el domingo se celebra la misa del VII Domingo de Pascua.
