Domingo, 2 de junio del 2024
- Primera lectura: Dt 5,12-15: “Guarda el día del sábado santificándolo”.
- Salmo Responsorial: 80: “Aclamen a Dios, nuestra fuerza”.
- Segunda lectura: II Cor 4, 6-11: “La Vida de Jesús se manifiesta en nuestra carne”.
- Evangelio: Mc 2, 23-3,6: “El sábado se hizo para el hombre”.
Color: VERDE
“LA VIDA POR ENCIMA DE LA LEY”
Por P. Wilkin Castillo, San Juan de la Maguana
Estamos en el IX Domingo del Tiempo Ordinario, en todo este itinerario vemos cómo se va desarrollando de manera ordinaria la vida de Jesús, sus intervenciones en diferentes escenarios, sus enseñanzas con la gente, su cercanía con los más necesitados, su trato amoroso y afable para con aquellos que compartieron con él durante su vida pública.
Así dice el Señor: “Guarda el día del sábado santificándolo como el Señor tu Dios te ha mandado. Durante seis días puedes trabajar y hacer tus tareas; pero el día séptimo es día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios.” Traigo esta parte de la primera lectura del Deuteronomio, ya que pareciera le da fuerza a lo que defienden los fariseos en el Evangelio, cuando dicen que el sábado es día de precepto y por lo tanto no se podía trabajar, eso tenía lugar y fuerza en el Antiguo Testamento, ya en el nuevo testamento asumimos el domingo como día de precepto, día del Señor, pues el domingo pasa a ser el día de precepto por ser el día en que resucitó Jesús.
En el Evangelio encontramos que, un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: “Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?” Para los fariseos ver a los discípulos arrancando espigas, algo no permitido, fue motivo de escándalo. Pero cuando de sobrevivencia se trata hay normas que no tienen razón de ser, por encima del bienestar y de la vida del ser humano no puede existir ley, pues toda ley se hace para salvaguardar la vida de ser humano en su sentido más amplio.
Jesús respondió con un hecho real: “¿No han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.” Y añadió: “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del Hombre es Señor también del sábado.”
Con estas palabras quiere decir Jesús de manera implícita, que más fácil perdona Dios a aquellos que por hambre violan la ley para no dejarse morir y condena a todos aquellos que se dejan morir de hambre por no violar la ley.
“Entró otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.” Qué pena que los fariseos estén más pendiente de Jesús a ver si cura sábado y acusarlo, cuidado nos puede pasar a nosotros y distraernos de lo que realmente tiene importancia en la vida y olvidarnos de que la gloria de Dios consiste en que el hombre viva, como decía San Ireneo.
Jesús le dijo al que tenía la parálisis: “Levántate y ponte ahí en medio.” Y a ellos les preguntó: “¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?” Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: “Extiende el brazo.” Lo extendió y quedó restablecido.
“En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.” Si nos fijamos Jesús le devuelve el valor, la dignidad y la vida a este hombre que estaba tirado y arrojado, le dice levántate y ponte ahí en medio, pasa así este hombre a ser el centro de aquella escena y de aquel escenario que se quería convertir en campo de muerte.
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