Viernes, 15 de marzo del 2024
Color: MORADO. IV Semana del Salterio
Homilía 1: V Domingo. Tiempo de Cuaresma. Ciclo B
- Primera Lectura. Sab 2, 1a.12-22: “Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos”.
- Salmo Responsorial: 33, 17-18.19-20.21 y 23: “El Señor está cerca de los atribulados”.
- Evangelio. Jn 7, 1-2.10.25-30: “Intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora”.
“La hora de Jesús es el tiempo de Dios”
El texto del Libro de la Sabiduría, que hoy hemos escuchado, subraya la antipatía de los impíos que se tornan feroces contra los débiles y justos, hasta el punto que quieren suprimirlos de la faz de la tierra. Cuanto más abundan se burlan de la bondad del justo porque éste cree que es suficiente confiar fielmente en Dios que no le dejará caer en manos de los enemigos. Se trata de la perpetua historia de la pugna entre el bien y el mal, el trigo y la cizaña, el justo y el injusto.
Merece un subrayado especial el hecho (de) que la vida del justo es, por sí misma, un serio reproche, una evidente denuncia de todo aquel que olvida la ley como luz de la vida. Es más que patente la similitud de este mensaje del libro de la Sabiduría con el que nos trasladan otras páginas de la Escritura. No nos cuesta trabajo alguno reconocer en esta página bíblica al Justo por antonomasia, Jesucristo, que con su entrega nos abre las puertas de la filiación divina y la clave del inmenso amor de Dios Padre a sus hijos.
A su manera, el evangelio según san Juan aborda las demandas de Jesús que provocan serios conflictos en su auditorio. Caigamos en la cuenta (de) que está en Jerusalén y habla a los judíos en el contexto litúrgico de la fiesta de las Tiendas; allí Jesús se autocalifica como luz y vida, sin silenciar algunas alusiones a su muerte, ya no muy lejana.
Para el Evangelio lo que menos importa es el origen humano del venidero Mesías, cuestión de máxima relevancia para los judíos, porque se afirma que procede de Dios y solo en Él tiene su verdadera fuente. Viene de Dios y a Él vuelve, y esta afirmación parece suficiente para generar la polémica entre los judíos. El texto, además, expresa la paradoja según la cual los condenados en este juicio se autoproclaman jueces, y el condenado por ellos resulta ser su juez.
En efecto, el misterio de la procedencia y naturaleza de Jesús se declara sólo a la fe que los judíos rechazan tener. Por no creer, ven en las palabras de Jesús motivos suficientes, razones blasfemas, para ser condenado a muerte. Y otra paradoja: se ven capaces de determinar la muerte de Jesús que tiene una hora determinada allí donde Jesús tiene su origen. La hora de Jesús es el tiempo de Dios, y sólo Él conoce las claves oportunas. Desafío para nuestra fe que ve en las palabras y los hechos de Jesús las mejores razones de la procedencia del Ungido del Señor.
(Guía Litúrgica)
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