Martes, 7 de noviembre del 2023
Color: VERDE
- Primera Lectura. Rom 12, 5-16a: “Nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio de los otros miembros”.
- Salmo Responsorial. 130, 1.2.3: “Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor”.
- Evangelio. Lc 14, 15-24: “Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene la casa”.
“Lo importante es estar dispuestos a sentarnos en la mesa con Jesús”
Primera lectura: Rom 12, 5-16a
Lectura de la Carta de San Pablo a los Romanos
Hermanos: Nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio de los otros miembros. Los dones que poseemos son diferentes, según la gracia que se nos ha dado, y se han de ejercer así: si es la profecía, teniendo en cuenta a los creyentes; si es el servicio, dedicándose a servir; el que enseña, aplicándose a enseñar; el que exhorta, a exhortar; el que se encarga de la distribución, hágalo con generosidad; el que preside, con empeño; el que reparte la limosna, con agrado. Que su caridad no sea una farsa; aborrezcan lo malo y apéguense a lo bueno. Como buenos hermanos, sean cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no sean descuidados; en el espíritu, manténganse ardientes. Sirvan constantemente al Señor. Que la esperanza les tenga alegres: estén firmes en la tribulación, sean asiduos en la oración. Contribuyan en las necesidades de los santos; practiquen la hospitalidad. Bendigan a los que les persiguen; bendigan, sí, no maldigan. Con los que ríen, estén alegres; con los que lloran, lloren. Tengan igualdad de trato unos con otros: no tengan grandes pretensiones, sino pónganse al nivel de la gente humilde.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial: 130, 1.2.3
R/. Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor
Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad. R/.
Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre. R/.
Espere Israel en el Señor ahora y por siempre. R/.
Evangelio: Lc 14, 15-24
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas
En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: «¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!» Jesús le contestó: «Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó un criado a avisar a los convidados: “Vengan, que ya está preparado”. Pero ellos se excusaron uno tras otro. El primero le dijo: “He comprado un campo y tengo que ir a verlo. Dispénsame, por favor”. Otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor”. Otro dijo: “Me acabo de casar y, naturalmente, no puedo ir”. El criado volvió a contárselo al amo. Entonces el dueño de casa, indignado, le dijo al criado: “Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”. El criado dijo: “Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio”. Entonces el amo le dijo: “Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene la casa”. Y les digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete».
Palabra del Señor
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte” (San Alfonso María de Ligorio).
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