Lunes, 1 de mayo del 2023

Feria o Memoria Libre: San José Obrero

  • Primera Lectura. Gén 1, 26-2,3: “Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó”.
  • Salmo Responsorial. 89, 2.3.4.12-13.14 y 16: “Haz prósperas, Señor, las obras de nuestras manos”.
  • Evangelio. Mt 13, 54-58: “Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe”.

Color: BLANCO

“El evangelio nos recuerda la importancia de la fe y la humildad”

Iniciamos este mes de mayo dedicado tradicionalmente a la Virgen María y a las madres (en la República Dominicana). Nuestra Iglesia peregrina en República Dominicana, a través de su Plan Nacional de Pastoral, en su Itinerario de Evangelización para este año 2023, está destacando y promoviendo la vivencia del valor de la HONESTIDAD. Para este mes se nos invita a vivir “LA HONESTIDAD COMO LAS MADRES BUENAS”, con la iluminación del texto bíblico de Isaías 49,15: “¿PUEDE UNA MADRE OLVIDAR A SU HIJO?”.

¡Qué el Señor Resucitado nos asista en nuestro propósito para vivir siempre la honestidad en nuestras vidas!

Hoy, 1 de mayo, la Iglesia celebra la Fiesta de San José Obrero, Padre y Custodio del Señor, a quien hoy recordamos como “Patrono de los Trabajadores”, en virtud que él conoció muy bien el mundo del trabajo: fue carpintero, y con su sudor procuró el sustento diario a su familia -la Sagrada Familia-. Esta celebración coincide con el Día Mundial del Trabajo. La fiesta de San José Obrero fue instituida en 1955 por el Venerable Papa Pío XII, ante un grupo de obreros reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

La memoria de San José Obrero es importante porque honra a los trabajadores y reconoce la dignidad de su trabajo. San José, como carpintero, trabajó arduamente para proveer a su familia y es un modelo de honestidad, humildad, sacrificio y servicio. En un mundo donde a menudo se valora más el éxito material y la riqueza que el trabajo honesto y digno, la memoria de San José Obrero es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del trabajo como medio de sustento y realización personal, así como para reconocer y honrar a los trabajadores que a menudo pasan desapercibidos en nuestra sociedad. Esta memoria de San José Obrero nos invita a valorar el trabajo como una fuente de dignidad y agradecer a aquellos que trabajan duro para sostener sus hogares y comunidades.

El evangelio de hoy va muy de la mano con la fiesta que celebramos. Es una reflexión sobre la incredulidad que Jesús experimentó en su ciudad natal: Nazaret. Después que enseñó en la sinagoga, la gente se preguntaba cómo un hombre común podría tener tanta sabiduría y realizar milagros. Sin embargo, en lugar de creer en Él, la gente se ofendió y lo rechazó. Esta actitud de incredulidad es un tema común en el Evangelio, y es una lección importante para nosotros. Muchas veces, nos resistimos a aceptar cosas nuevas o diferentes, incluso si vienen de alguien que conocemos y respetamos.

Esta historia nos desafía a estar abiertos a la verdad, incluso si no encaja en nuestra comprensión previa o en nuestras expectativas. A menudo, nuestra falta de fe y nuestra incapacidad para aceptar lo desconocido nos impiden experimentar la plenitud de la vida que Dios tiene para nosotros. Nos recuerda lo importante que es no juzgar a las personas por su apariencia o por su origen. Jesús era un simple carpintero, pero su sabiduría y su autoridad venían de Dios. El evangelio nos recuerda la importancia de la fe y la humildad.

Oración: Señor, te damos gracias por el ejemplo que nos ha dejado San José Obrero, la fortaleza, el servicio, la entrega y la responsabilidad. Ayúdanos a realizar nuestro trabajo con amor y entrega a imagen de San José, en favor de los demás. Amén.

(Guía Litúrgica)

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