Miércoles, 4 de septiembre del 2024
Color: VERDE
- Primera Lectura. 1 Cor 3, 1-10: “Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer; por tanto, el que planta no significa nada ni el que riega tampoco; cuenta el que hace crecer, o sea, Dios”.
- Salmo Responsorial. 32, 12-13.14-15.20-21: “Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad”
- Evangelio. Lc 4, 38-44: “Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando”.
“Ser uno feliz para hacer felices a los demás”
Entrada:
Queridos hermanos, en Cristo Jesús que nos reúne y nos invita a vivir nuestra fe, muy buenos días, tardes o noches.
Jesús mira el sufrimiento humano como parte de su misión salvadora. Luchamos contra el dolor, guerra, terrorismo en el mundo, mientras tengamos ilusión habrá esperanza. Esperanza no sólo de que este mundo pueda mejorar, sino que la vida vencerá a la muerte. Porque la muerte de Jesús no fue la última palabra. La palabra definitiva es la vida, la felicidad.
Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios (3,1-9)
Nosotros para lograr la transformación personal y del mundo entero, hemos de aprender del hijo de Dios que intimidaba con el Padre en la Oración.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,38-44)
También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado.
Oración Universal:
Presidente: A Dios, que hace crecer en nosotros la buena semilla de la Palabra confiemos todo lo bueno que tengamos en nuestro corazón en favor de los demás. Con fe oremos: “Escucha, Señor, nuestra oración”.
1.- Por el camino hacia la unidad de todas las Iglesias y las confesiones cristianas: para que se valore las diferencias y se crezca en el compartir la única fe en el único cuerpo de Cristo. Roguemos al Señor.
2.- Por las familias que están en dificultad por las divisiones, oposiciones, litigios y discordias: para que acallando el egoísmo que daña la comunión, pueda renacer en ellas el deseo de ser un solo corazón y una sola alma. Roguemos al Señor.
3.- Por todos los enfermos: para que nadie esté solo en el momento de la necesidad y cuando no pueda bastarse a sí mismo, sino que todos reciban la ayuda y el consuelo de personas atentas, capaces y disponibles. Roguemos al Señor.
4.- Por todos los difuntos: para que, plenamente participen de la comunión de los santos, gocen del abrazo misericordioso de Dios padre. Roguemos al Señor.
Presidente: Dios, Padre santo, haznos colaboradores tuyos, concédenos tu Espíritu y vence en nosotros todo pecado contra la comunión. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Gregoria Mejía Hilario/greymhilario@gmail.com
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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«Yo ya hice la mejor elección y fue elegirte a ti»
“MANOS IMPURAS, CORAZÓN LIMPIO”