Color: MORADO.  IV Semana del Salterio

  • Primera Lectura. Dn 13, 1-9.15-17.19-30.33-62: “Pero prefiero no hacerlo y caer en sus manos antes que pecar contra Dios”.
  • Salmo Responsorial: 22,1-3a.3b-4.5.6: “Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo”.
  • Evangelio. Jn 8, 12-20: “Ni me conocen a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre”.

Queridos hermanos reciban gracia y paz de parte de Dios nuestro Señor y redentor.

las lecturas de hoy nos invitan a ser como Susana, fieles a la verdad incluso en medio de la adversidad, y a seguir a Jesús, la luz del mundo, proclamando su verdad a través de nuestro testimonio diario. Que el Espíritu Santo nos guíe y fortalezca en esta misión, para que podamos ser faros de luz en un mundo sediento de verdad y amor.

pasaje de hoy, del libro de Jeremías, nos enseña sobre el valor de la fidelidad a la verdad, incluso en momentos difíciles.

Al reconciliarnos con Dios y con nuestros hermanos y hermanas, contribuimos a construir un tejido social más sólido, basado en el amor y la justicia.

El que preside: A Dios Padre que nunca nos deja solos, como nunca dejó solo a Jesús en el cumplimiento de su voluntad, confiemos nuestra oración. Digamos juntos: “Quédate con nosotros, Señor”.

1.- Por el Santo Papa, por nuestro obispo y por los ministros de la Iglesia, para que su presencia y misión no sean símbolos de condena, sino presencia del Jesús bondadoso, donde el pecador encuentra escucha, misericordia y perdón. Roguemos al Señor.

2.- Por la paz y la dignidad de los pueblos, para que cesen las guerras, la corrupción, el terrorismo y todo lo que aniquila a la humanidad y la hace esclava del poder violento. Roguemos al Señor.

3.- Por quienes han sido juzgados de manera injusta, para que el Señor, que conoce las conciencias de cada persona, sea su juez y los mantenga firmes en la fe, colmando los de paciencia y fortaleza. Roguemos al Señor.

4.- Por todos aquellos que son perseguidos a causa de la fe, para que, aún el peligro y de la adversidad, no pierdan el valor de dar testimonio de Cristo y de su Evangelio. Roguemos al Señor.

5.- Por todos nosotros para que, cada vez que deseemos juzgar a uno de nuestros hermanos recordemos, las palabras que Jesús les dirige a quienes acusan a la mujer sorprendida en adulterio: “El que esté sin pecado, que tire la primera piedra”. Roguemos al Señor.

El que preside: Señor, en nuestro miedo, en nuestra incredulidad, en nuestra inseguridad, fortalécenos con tu gracia y escucha nuestras oraciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.  Amén.

Lervidiana Castro Hernández/lervidianacastrohernandez1976@gmail.com

“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.

(San Alfonso María de Ligorio).

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