Sábado, 17 de febrero del 2024
Moniciones: I Domingo. Tiempo de Cuaresma. Ciclo B
Color: MORADO. 4ta. Semana del Salterio
- Primera Lectura. Is 58, 9b-14: “Ha hablado la boca del Señor”.
- Salmo Responsorial: 85, 1-2.3-4.5-6: “Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad”.
- Evangelio. Lc 5, 27-32: “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan”.
“Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy un pobre desamparado”
Entrada:
Amadísimos hermanos en la presencia de nuestro Señor Jesucristo, muy buenos días, tardes o noches.
En el Evangelio, Jesús revela que Dios es misericordia y cercanía con el pecador; en el camino cuaresmal nos descubrimos necesitados de la misericordia, pero al mismo tiempo Jesús nos hace ver que Él está no para condenar, sino que ha venido a redimir y a rehabilitar nuestras relaciones rotas por el pecado y sus consecuencias.
Lectura del Libro de Isaías 58,9b-14
Dios no es ajeno a nuestro clamor, y en medio de la angustia podemos orar con la certeza de que en Él encontramos la vida.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 5,27-32
Jesús nos invita también a nosotros como discípulos a acoger al que está excluido, y a restituir a la vida de la comunidad a los que sus situaciones les ponen en un extremo de esta.
Oración Universal:
El que preside: Haciendo memoria del ofrecimiento de Cristo por cada uno de nosotros, sintámonos invitados a participar con verdadera fe en el sacrificio eucarístico. Pidamos a Dios Padre un corazón recto y purificado de toda hipocresía y acerquémonos a Él diciendo: “Purifica nuestro corazón señor”.
-Por todas las comunidades eclesiales: que en este tiempo de Cuaresma el corazón de los fieles esté dispuesto para un auténtico camino de conversión. Roguemos al Señor.
-Por la paz del mundo: que cada uno de nosotros ayune De todas formas de soberbia y sea portador de paz en el ámbito en el que vive. Roguemos al Señor.
-Por todas las personas que están solas, por aquellos que no le encuentran sentido a su vida y albergan deseos de muerte: para que cada una de sus heridas y sufrimientos sean aliviados por la consolación de Dios. Roguemos al Señor.
-Por todos nosotros aquí presentes: para que nuestro ayuno cuaresmal nos lleve a gestos concretos de compartir con los pobres y desamparados. Roguemos al Señor.
El que preside: Acoge, Dios, Padre bueno, nuestras súplicas y purifica nuestro corazón de toda maldad e hipocresía. Conviértelos a ti y a tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Gregoria Mejía Hilario/greymhilario@gmail.com
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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