Miércoles, 14 de febrero del 2024
Color: MORADO. 4ta. Semana del Salterio
- Primera Lectura. Jl 2, 12-18: “Perdona, Señor, perdona a tu pueblo, no entregues tu heredad al oprobio”.
- Salmo Responsorial: 50, 3-4.5-6a.12-13. 14 y 17: “Misericordia, Señor: hemos pecado”.
- Evangelio. Mt 6,1-6.16-18: “Que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará”.
“Los discípulos estamos llamados a ser sembradores”
Entrada:
Hermanos en Cristo. Hoy las Iglesias cristianas comienzan el gran tiempo de gracia: ¡CUARESMA! El tiempo de Cuaresma nos invita a renovar nuestro compromiso bautismal por medio de la oración más profunda, penitencia individual y social, ayuno y arrepentimiento por nuestros pecados. Tiempo que nos prepara para la gran fiesta: la Pascua. Con espíritu humilde, empecemos nuestra liturgia cantando el himno de entrada.
Primera lectura: Joel 2, 12-18 (Conviértanse al Señor, su Dios)
En la primera lectura que escucharemos hoy, el profeta Joel nos hace una intensa llamada a la conversión. Es un movimiento de retorno al Dios creador y Salvador por medio de la oración y el ayuno y los actos de penitencia. Escuchemos.
Segunda lectura: II Cor 5, 20-6,2 (Ahora es tiempo de gracia y salvación)
En el siguiente texto, San Pablo nos ofrece algunos pensamientos muy profundos. Cristo no cometió pecado, pero por nosotros cargó con todos los pecados de la humanidad y nos invita a la reconciliación: “Déjense iluminar por Dios”. También él dice que “Ahora es el tiempo de gracia. Pongan atención.
Tercera lectura: Mt 6,16.16-18 (Limosna, oración y ayuno)
El Evangelio para hoy trae el tema de la verdadera religiosidad, el nuevo espíritu que debe animar al cristiano. Cristo nos insiste en la interioridad de espíritu cuando practicamos ayuno, oración y damos limosna. Pongamos atención a este pasaje de la montaña.
Oración Universal:
El que preside: El camino de la Cuaresma nos abre los ojos del corazón, el horizonte de la misericordia de Dios, el sendero para la conversión, el deseo de la salvación. Invoquemos a Dios Padre para que con su bendición acompañe todos nuestros pasos hacia el encuentro con Él digamos: “Conviértenos a ti, Señor”.
-Para que el rito de la ceniza, que inaugura el camino de la cuaresmal, nos recuerde a todos que formamos parte de la Iglesia, santa, pero siempre necesitada de penitencia. Roguemos al Señor.
-Para que los enfermos y los que sufren se sientan, más que nunca, en el centro de la comunidad que ora y lucha contra el mal, y se encamine en la esperanza hacia la victoria pascual. Roguemos al Señor.
-Para que los discípulos del Señor, iluminados por la Sagrada Escritura, purificados por el sacramento del perdón y fortalecidos con el pan de la vida, den testimonio que el reino de Dios es alegría y paz en el Espíritu. Roguemos al Señor.
-Para que los gobernantes de las naciones trabajen siempre por la paz, la fraternidad, la justicia y el progreso de todos los pueblos. Roguemos al Señor.
-Para que socorra a cuantos padecen hambre o desempleo, inspire sentimientos de caridad a los que tienen bienes y multiplique los frutos de la tierra. Roguemos al Señor.
– Para que cuantos sinceramente buscamos el rostro de Dios, recibamos la plenitud del perdón. Roguemos al Señor.
El que preside: Acepta, Padre bueno, estas súplicas que te presentamos Al comenzar el camino cuaresmal. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Gregoria Mejía Hilario/greymhilario@gmail.com
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”
(San Alfonso María de Ligorio).
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