Moniciones: II Domingo de PACUA. Ciclo B

Color: BLANCO

  • Primera Lectura. Hch 3, 11-26: “Por la fe en su nombre, este, que ven aquí y que conocen, ha recobrado el vigor por medio de su nombre”.
  • Salmo Responsorial: 8, 2a.5.6-7.8-9: “Señor, dueño nuestro, ¡Que admirable es tu nombre en toda la tierra!”.
  • Evangelio. Lc 24, 35-48: “Paz a ustedes”.

Apreciados hermanos en cristo Jesús que nos transmite alegría, muy buenos días, tardes o noches.

Hoy el Señor nos invita a través de su Palabra, a ser testigos fieles, a dar testimonio de su grandeza y de su poder.

La aparición de Jesús los sorprende. Es un momento que los sobrecoge y los atemoriza. Es una realidad que suele acontecer con frecuencia en quienes hemos sido llamados a seguir al Señor.

Hoy el temor en nosotros puede estar asociado a lo que puede implicar nuestra respuesta al llamado del Señor. Un temor que está fundado en las entregas y renuncias a nuestro modo de vida. Temor para salir de nuestra zona de confort.

Jesús busca de forma muy sencilla hacernos entender, considerando nuestra condición humana, la grandeza de lo que ha acontecido, el milagro de la resurrección.

El apóstol San Pedro nos hace el llamado para entender nuestra necesidad de cambiar nuestro modo de vida. Necesitamos arrepentirnos de nuestros pecados y convertirnos a Cristo.

El apóstol San Lucas nos presenta el momento en que Jesús se aparece a sus apóstoles mientras comentan el acontecimiento de Emaús.

El que preside Que la fe en él Resucitado sostenga nuestra vida y que la gracia que Jesús nos da nos haga cada vez más capaces para proclamar las maravillas de todo lo que obra en nosotros.  Por eso digamos: “Haz que conozcamos tu amor, Señor”.

1.- Por la Iglesia, que custodia la fe transmitida por los apóstoles, sea siempre fiel en anunciar el mensaje Pascual de la salvación a todos los pueblos.  Roguemos al Señor.

2.- Por los sacerdotes, para que ayuden a los hermanos a conformar su vida al Evangelio y convertirse en miembros vivos de la iglesia.  Roguemos al Señor.

3.- Por todos los que administran la ley, para que respetando la justicia y a todos los que confían en ella, trabajen con atención y seriedad.  Roguemos al Señor.

4.- Para que el saludo del Resucitado a los discípulos pueda resonar aún hoy en todos los que han perdido la confianza y están tristes.  Roguemos al Señor.

El que preside: Escucha nuestra oración, Señor, y concédenos poder declarar siempre nuestra alegría y Vivir la paz que nos da el encuentro contigo. Tú eres Dios y vives y amas por los siglos de los siglos.  Amén.

Gregoria Mejía Hilario/greymhilario@gmail.com

“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.

(San Alfonso María de Ligorio).

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