Moniciones: II Domingo de PACUA. Ciclo B

Color: BLANCO

  • Primera Lectura. Hch 4, 1-12: “Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogan hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre”.
  • Salmo Responsorial: 117, 1-2.4.22-24.25-27a: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular”.
  • Evangelio. Jn 21, 1–14: “Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán”.

Amados hermanos en Cristo Jesús que nos llena con su gracia y amor, muy buenos días, tardes o noches.

La enseñanza espiritual que vemos aquí es muy importante. Los apóstoles habían estado tratando de pescar toda la noche sin conseguir nada. ¿Cuántas veces a nosotros nos ha pasado lo mismo? Aun conociendo a Dios, y habiéndole entregado nuestro corazón nos enfrentamos al fracaso.

La primera lectura nos presenta lo que sería la primera persecución de los cristianos. Ante el discurso de Pedro en el pórtico de Salomón, una gran multitud de hombres se han convertido.

Que como Pedro y Juan y se pueda decir de nosotros que hemos estado con Jesús, que le hemos conocido y que andamos según sus enseñanzas.

El que preside Al Señor, que da la plenitud de vida y de gracia a quien se confía a Él y lo escucha, digamos: “Haznos dóciles a tu voz, Señor.

1.- Por la Iglesia, para que, en la obediencia a la Palabra del Señor, pueda recoger frutos abundantes de gracia y ser una guía segura para la humanidad.  Roguemos al Señor.

2.- Por el Papa Francisco y todos los sacerdotes, para que tengan siempre una fe fuerte y serena, y ayuden a las personas a crecer en el seguimiento de Cristo.  Roguemos al Señor.

3.- Por los jóvenes que se cuestionan sobre la vida, para que puedan escuchar los deseos más profundos de su corazón y se den cuenta que allí el señor les habla y los invita a tomar decisiones en pro de su felicidad.  Roguemos al Señor.

4.- Por nuestros hermanos difuntos, para que el Señor los acoja en su morada y les conceda a sus seres queridos consolación, fortaleza y fe en la resurrección.  Roguemos al Señor.

El que preside: Haz, Señor, que estemos preparados y dispuestos para tu vida y no permitas que las fatigas y afanes de la vida nos mantengan alejados de ti. Tú eres Dios y vives y amas por los siglos de los siglos.  Amén.

Gregoria Mejía Hilario/greymhilario@gmail.com

“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.

(San Alfonso María de Ligorio).

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