Miércoles, 6 de marzo del 2024
Color: MORADO. III Semana del Salterio
- Primera Lectura. Dt 4, 1.4-9: “Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo les mando cumplir”.
- Salmo Responsorial: 147, 12-13.15-16.19-20: “Glorifica al Señor, Jerusalén”.
- Evangelio. Mt 5, 17-19: “Les aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o tilde de la ley”.
“Vivir la Ley desde dentro, desde la luz de la propia conciencia y corazón”
Entrada:
El mejor argumento que puede esgrimir Moisés ante los suyos para motivarles a que sigan la ley de Yahveh, en el largo camino del desierto, es la historia de superación que ellos y sus padres han vivido en el pasado.
Jesús, por su parte, ha sido enviado como Mesías no para anular la fuerza normativa del Antiguo Testamento, sino para encauzar su plena realización como una ley del Espíritu, donde quede siempre a salvo el amor servicial a Dios y al prójimo, clave de toda norma dada por Dios a sus hijos.
La propuesta de Jesús es admirablemente sencilla: vivir la Ley desde dentro, desde la luz de la propia conciencia y corazón, como un regalo de Dios, y advertiremos por nosotros mismos cuán atractivo es el camino del seguimiento del Maestro y cuán sugerente es la plenitud de su Palabra.
Lectura del Libro del Deuteronomio (4, 1.5-9)
La fuerza de la exhortación de Moisés estriba, además, en que, si cumplen la Ley del Señor que por su medio dio a los israelitas, pisarán más pronto que tarde la anhelada Tierra de la promesa.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (5, 17-19)
Cumplir los mandamientos es, ante todo, arraigar en sí mismo su mensaje de salvación y dejar que ellos transformen profundamente la propia vida.
Oración Universal:
El que preside: En este tiempo de Cuaresma, el Padre nos invita a una escucha cada vez más atenta de su Palabra. Elevemos a Él con confianza nuestras oraciones. Digamos juntos: “Aumenta señor nuestra fe”.
1.- Por la Iglesia. Para que, como una nueva Israel, pueda cada día crecer en la escucha de la Palabra y encontrar en ella la fuerza para no sustraerse a la responsabilidad de dar testimonio de su fidelidad a Cristo. Roguemos al Señor.
2.- Por el Santo Padre. Que el encuentro personal con el Señor le dé siempre entusiasmo y alegría para guiar a la Iglesia y para animarla a seguir con sencillez y libertad el Evangelio. Roguemos al Señor.
3.- Por aquellos que tienen responsabilidades políticas y económicas. Que sus corazones estén abiertos al diálogo y a la colaboración; que cada día se empeñen en promover leyes que protejan la vida y la dignidad de cada persona. Roguemos al Señor.
4.- Por nosotros aquí presentes. Que el Señor nos conceda la sabiduría del corazón para recordar todos sus beneficios y para vivir el Evangelio no como una ley a la que hay que obedecer, sino como Palabra de salvación a la que debemos adherir plenamente. Roguemos al Señor.
El que preside: Acoge, Padre, nuestras oraciones y concédenos obtener lo que con fe te pedimos. Concédenoslo por Jesucristo nuestro, Señor. Amén.
Lervidiana Castro Hernández/lervidianacastrohernandez1976@gmail.com
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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