Domingo, 31 de marzo del 2024
- Primera lectura: Hech 10, 34a.37-43: Ellos lo mataron… Pero Dios lo resucitó.
- Salmo Responsorial: 117: La piedra desechada es ahora la piedra angular.
- Segunda lectura: Col 3, 1-4: Han resucitado con Cristo.
- Evangelio: Jn 20, 1-9: Experiencia pascual, de la oscuridad a la luz.
Color: BLANCO
“La Resurrección de Cristo”
Hermanos y hermanas ¡Feliz Pascua de Resurrección! Cristo ha vencido a la muerte. Por nuestro bautismo tenemos una vida con Él. En la alegría de esta Pascua, nos encontramos aquí reunidos en torno de Jesús, el Señor resucitado. Él nos convoca para que vivamos su vida, para que nos llenemos de amor y de su paz. Lleno de alegría y esperanza comencemos nuestra liturgia cantando con mucho entusiasmo.
Primera lectura: Hc 10, 34.37-43 (Nosotros somos testigos)
En la primera lectura San Pedro nos relata hoy a nosotros el resumen de la vida de Jesús. El pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él. Él murió, pero Dios lo resucitó. Escuchemos este gran mensaje.
Segunda lectura: Col 3, 1-4 (Busquen los bienes de allá arriba, donde está Cristo)
El Bautismo hace al cristiano participar de la vida gloriosa. San Pablo nos exhorta a mostrar con obras concretas una vida renovada y distinta. Pongamos atención, hermanos y hermanas.
Después de la segunda lectura y antes del aleluya, se proclama la secuencia.
Tercera lectura: Mc 13, 33-37 Cristo habla de resucitar de entre los muertos)
Escucharemos ahora el anuncio de la primera mañana de Pascua: Cristo ha resucitado. Él vive. Recibámoslo cantando con alegría el Aleluya..
Como pueblo renovado por la Pascua de Jesucristo, oremos diciendo: Jesús resucitado escúchanos.
Por nuestro país y nuestro pueblo (se menciona el nombre del pueblo), para que crezca el deseo de buena convivencia y el interés por el bien de los demás. Oremos.
Por todos aquellos que, entre nosotros y en cualquier lugar del mundo, no conocen a Jesucristo, para que puedan sentir ellos también la alegría del Evangelio. Oremos.
Por la Iglesia, especialmente nuestra parroquia x, por cada uno de los cristianos, para que la resurrección de Jesucristo transforme nuestras vidas y nos lleve a ser luz de esperanza para nuestros hermanos. Oremos.
Por los niños y la juventud, para que ellos compartan su alegría y su entusiasmo por la vida en su hogar y en su vecindario. Oremos.
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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