Domingo, 5 de noviembre del 2023. III Semana del Salterio
- Primera lectura: Mal 1, 14b-2,2b.8-10: “En toda nación debe ser respetado mi nombre”.
- Salmo Responsorial: 131 (130): “Espera en el Señor. Ahora y por siempre”.
- Segunda lectura: 1Tes 2, 7b-9.13: “Los tratamos como una madre a sus hijos”.
- Evangelio: Mt 23, 1-12: “Su único jefe es el Mesías”.
Color: VERDE
“NO ES SENTARSE, ES CUMPLIR”
Por P. Wilkin Castillo, San Juan de la Maguana
En esta ocasión celebramos en Trigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario. Cabe destacar que en este mes de noviembre hay unas fechas que ameritan tenerlas presentes, en primer lugar, el día seis (6) celebramos el día de nuestra Constitución, un conjunto de normas, principios y leyes que nos rigen como nación y que todos debemos cumplir y respetar para garantizar una convivencia armoniosa. También tiene lugar la celebración de la semana vocacional, donde se resalta la vocación propia de cada ser humano y se motiva a descubrir dicha vocación con el objetivo de poner esos dones y carismas personales al servicio de la comunidad. Finalmente celebramos en este mes el día de la familia, específicamente el día 25, aquí se invita y se motiva a fomentar los valores familiares y se hace un llamado a fortalecer el compartir sano en familia todo el año.
Por su parte en el Evangelio se nos dice que, en aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: “En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: hagan y cumplan lo que les digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen.” Cuando Jesús habla de la cátedra de Moisés se refería a una silla ceremonial que era símbolo de aquel que tuvo el gran privilegio de transmitir la ley de Dios, los letrados y fariseos continuaban la obra de Moisés y hablaban en su nombre al pueblo de Israel.
“Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros; pero no están dispuestos a mover un dedo para empujar.” Es decir, que nosotros también al igual que ellos corremos el peligro de convertirnos en profesionales de la palabra y de la ley, cuando hablo de ser profesionales de la palabra y de la ley es que ustedes y yo podemos formular mandatos apegados a la palabra para que otros lo cumplan y de esta manera nos alejamos más de Jesús que hablaba con el testimonio y con las obras y nos acercamos más a los letrados y fariseos que eran expertos en exhortar y mandar a otros y ellos no movían un dedo para ayudar.
“Todo lo que hacen es para que los vea la gente:” Cuando lo que hacemos es para que nos vea la gente, estamos cavando nuestra propia tumba en el plano social y en el plano cristiano-espiritual. Todo lo que hagamos debe ir en la dirección de agradar a Dios.
“Alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas.” Estas pretensiones meramente humanas desvirtúan y carcomen todo tipo de virtud que pueda tener una persona especifica en medio de la comunidad, por eso las palabras del Evangelio nos dicen que el primer puesto en la lógica cristiana lo ocupa aquel o aquella que esté dispuesto a servir más a sus hermanos.
“Que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros.” El que se haga reverencia le corresponde a Dios, aquel que es digno de todo reconocimiento de grandeza. El que lo llamen maestro es señal preclara del complejo de inferioridad que estos acuñan de manera profunda. Ustedes, en cambio, no se dejen llamar maestro, porque uno sólo es su maestro y todos ustedes son hermanos.
Tener la capacidad de reconocer a Jesús como maestro es estar también en la disposición y en la apertura de reconocer al otro como mi hermano. Y no llamen padre nuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es su padre, el del cielo. No se dejen llamar jefes, porque uno solo es su Señor, Cristo. El primero entre ustedes será su servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
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