Memoria Obligatoria: Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, Virgen, Patrona de la Ancianidad
Lunes, 26 de agosto del 2024
Color: BLANCO
- Primera Lectura. 2 Tes 1, 1-5.11b-12: “Les deseamos la gracia y la paz de Dios Padre y del Señor Jesucristo”.
- Salmo Responsorial. 95, 1-2a.2b-3.4-5: “Cuenten a los pueblos las maravillas del Señor”
- Evangelio. Mt 23, 13-22:“¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que devoran los bienes de las viudas con pretexto de largas oraciones!”.
“Jesús es el Buen Pastor que cuida sus ovejas y no las deja solas”
Oh, Dios. Qué triste pero real es comprobar que hoy se sigue repitiendo esta misma escena del Evangelio. ¡Cuántas personas se alejan de la Iglesia por el pobre testimonio que damos! Creemos que somos cristianos sólo por asistir a misa y rezar en la Iglesia.
San Mateo recoge en este capítulo los dichos polémicos contra los escribas y los fariseos que los otros sinópticos (Marcos y Lucas) refieren en diferentes contextos. De este modo, el evangelista, en los umbrales del relato de la pasión, pone de relieve la divergencia, que ahora se ha vuelto insuperable, entre la mentalidad farisaica y la enseñanza de Jesús. Por otra parte, el fragmento deja aparecer la ruptura definitiva entre la Iglesia y la sinagoga, así como la naciente tendencia de los discípulos a asumir modelos de comportamiento contrarios a la doctrina evangélica.
Jesús reprime y recrimina a los escribas y fariseos. Jesús es consciente que ellos influyen mucho en los demás, ya que son los jefes de las sinagogas, y viendo que sus actitudes no son las más adecuadas, se decide a actuar para advertir su incoherencia. Jesús es el Buen Pastor que cuida sus ovejas y no las deja solas. Pueden parecer duras las palabras que les dirige a los líderes religiosos, pero lo hace con dos intenciones: la primera es llegar a las conciencias de los escribas y fariseos para que recapaciten su forma de proceder; la segunda, para que las personas que lo escuchan sepan que Él ha venido a traer la verdad.
La hipocresía denunciada por Jesús es exactamente un falso juicio, un juicio excesivamente rebajado (hypo-crisis). Este es el pecado de los fariseos de todos los tiempos. No son necesariamente espíritus hipócritas, sino, simplemente, pésimos intérpretes de la Escritura. Han perdido la llave del Reino y siguen enseñando a tontas y a locas. Por lo demás, hay fariseos en todos los sectores de la vida humana y social, pero los de la religión son especialmente deplorables. Se dirigen a Dios como si fuera un negociante, cuando no intentan imponerle unas leyes que nuestro Padre celestial sería incapaz de aceptar. Así, hemos visto cómo se le imputan a Dios unas leyes totalmente hipócritas.
Jesús denuncia a quienes se supone que deben ver más claramente las cosas de Dios, pero están ciegos por su error. Al denunciarlos, está señalándonos también a nosotros el cuidado que debemos tener. Abramos los ojos y actuemos con discernimiento, para no dejarnos engañar por cualquiera que quiera presentarse como guía o maestro y, en realidad, es un farsante, disfrazado de maestro. Porque no hay peor ciego que el que no quiere ver, nos mueve muchas veces el sentimiento, otras el interés, alguna vez nos mueve sacar el mejor partido de algo, pero así sólo vemos lo que queremos ver y no la realidad, que no queremos ser sino parecer, es porque la verdad de Cristo no está en nosotros todavía.
(Guía Litúrgica)
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