Miércoles, 1 de noviembre del 2023

Color: BLANCO

  • Primera Lectura. Ap 7, 2-4.9-14: “Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero”.
  • Salmo Responsorial. 23,1-2.3-4ab.5-6: “Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor”.
  • Segunda Lectura. I Jn 3, 1-3: “El mundo no nos conoce porque no le conoció a él”
  • Evangelio. Mt 5, 1-12a: “Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios”.

La verdadera felicidad no reside ni en la riqueza o el bienestar, ni en la gloria humana o el poder, sino en Dios

Hoy la Iglesia celebra la Solemnidad de Todos los Santos, y con ella iniciamos en nuestro país el Mes de la Familia.

El Evangelio de este día nos invita a reflexionar sobre los caminos que conducen a vivir la verdadera felicidad, según el plan de Dios. Hoy Jesús nos plantea la “forma de vivir” que debe tener todo cristiano, y que muy bien puede ser resumido al vivirse el valor de la honestidad en la vida familiar. De ser así, nos llama “dichosos”. Sí. Dichosos porque aplicaríamos en nuestro seno familiar la mansedumbre, la humildad y la misericordia que debe caracterizar a todo aquel que sigue a Jesús.

“Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios”. ¡Cuánta paz hace falta en tantos hogares! ¡Cuánta paz hace falta en nuestra sociedad! Basta mirar cuando circulamos por las calles y cualquier desaprensivo nos sorprende con improperios ante cualquiera insignificancia. Trabajar por la paz es vivir la mansedumbre; es saber dialogar adecuadamente, sin querer imponer mis ideas; es escuchar al otro con el corazón; es reconocer mis fallas y proponerme superarlas; es propiciar que en mi familia se viva el respeto y la aceptación entre sus miembros. Hoy el Apóstol Juan nos dice en la segunda lectura que “somos hijos de Dios”. ¡Y vaya que sí lo somos! Por tanto, ¡tenemos que trabajar por la paz!

 “Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados”. Es una invitación a nunca endurecer el corazón, sino a mantenernos sensibles ante las necesidades y problemas de otros. Nos invita a permanecer firmes ante aquellas situaciones que podrían hacernos tambalear en la fe: una crisis en nuestra familia o matrimonio, una enfermedad, el quedarnos sin empleo, una quiebra económica, en fin, cualquier situación que nos lleve a llorar. Hagamos propios los sentimientos ajenos y también lloremos con los que lloran. Así consolaremos y seremos consolados.

El Evangelio nos enseña hoy que la verdadera felicidad no reside ni en la riqueza o el bienestar, ni en la gloria humana o el poder, sino en Dios, fuente de todo bien y de todo amor. Luchemos por nuestra santidad para llegar a la presencia de Dios y poder decir, como en el salmo: ¡Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor!

(Guía Litúrgica)

Si deseas recibir en tu móvil por WhatsApp, únete a este grupo: https://chat.whatsapp.com/KUofplJqn9v4YmiOuRpJF0

Lecturas      Homilías     Moniciones    Oración de la noche

Anote este número. 829 694 1948 y este correo-e: aire96fm@gmail.com y escríbanos para mantenerse informado de las novedades y actualizaciones de esta página  ¿Le gustaría recibir nuestro boletín semanal por correo electrónico? Suscríbete entrando aquí. Queremos orar contigo, llena el siguiente formulario y estaremos orando por ti y tus necesidades. Dios es quien hace la obra, nosotros te acompañamos clamando por ti: AQUÍ.

Gracias por el milagro de la vida

DEL CÍRCULO VICIOSO AL CÍRCULO VIRTUOSO

Monseñor Bretón: Quiero se note que me fuí

Escuche aquí el Evangelio para HOY