Memoria Obligatoria: San Francisco de Sales, Obispo y Doctor de la Iglesia
Homilía: III Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo C
Viernes, 24 de enero del 2025
- Primera lectura. Hb 8,6-13: “Al decir alianza «nueva», declaró antigua la anterior; y lo que está anticuado y se hace viejo está a punto de desaparecer”.
- Salmo Responsorial: 84,8.10.11-12.13-14: “La misericordia y la fidelidad se encuentran”.
- Evangelio. Mc 3,13-19: “Jesús subió a la montaña, llamó a los que quiso y se fueron con él”.
Color: BLANCO
“Dios no llama a los capacitados, sino que capacita a los que llama»
Hoy, en la memoria de San Francisco de Sales, recordamos una de sus sabias palabras: “Haz todo por amor, y nada por la fuerza”. Esta sencilla cita refleja el corazón del mensaje de los textos de hoy, que nos invitan a responder al llamado de Jesús con amor y entrega total, reconociendo que somos parte de la nueva alianza en Cristo y que todos estamos llamados a ser sus discípulos.
Vemos hoy a Jesús subiendo a la montaña y llamando a aquellos que Él quiso, a sus apóstoles. Este grupo de hombres no era especial por su sabiduría o su estatus social. Eran personas comunes, pescadores, recaudadores de impuestos, hombres del pueblo, pero Jesús los eligió para una misión extraordinaria: ser los cimientos de su Iglesia, los primeros en llevar su mensaje de amor y salvación al mundo. Dios no llama a los capacitados, sino que capacita a los que llama (San Agustín). Como los apóstoles, somos personas comunes, pero cuando respondemos al llamado de Jesús, nuestras vidas se transforman en un servicio poderoso para el Reino de Dios.
El Salmo 84 nos da una visión de la profunda unión entre la misericordia y la fidelidad, entre la justicia y la paz. Estas cualidades, que parecen opuestas, se encuentran en plenitud en la persona de Jesús. Él, como Sumo Sacerdote de la nueva alianza, nos trae esa paz que nace de su amor fiel y de su misericordia infinita. Como discípulos llamados por Cristo, se nos invita a vivir esta misma fidelidad, llevando la misericordia y la paz a quienes nos rodean, a ser instrumentos de su amor.
La Carta a los Hebreos nos habla de la nueva alianza que Cristo ha establecido con nosotros. Esta alianza es superior a la antigua porque está basada no en leyes escritas en piedra, sino en la ley del amor escrita en nuestros corazones. A través de Jesús, se nos ofrece un nuevo comienzo, una relación profunda y transformadora con Dios, donde Él nos promete: “Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”. Este es el pacto de amor y misericordia que se nos da en Cristo, quien siempre es fiel a nosotros, incluso cuando fallamos.
Hoy, como los apóstoles, somos llamados a subir a la montaña con Jesús. Tal vez nuestra vida diaria nos haga sentir que no estamos preparados o que no somos dignos de este llamado. Sin embargo, recordemos que los primeros discípulos tampoco lo eran a los ojos del mundo. Lo importante no es lo que nosotros podamos ofrecer, sino lo que Dios puede hacer a través de nosotros cuando respondemos con amor y fe.
Jesús hoy te llama desde la montaña. Te invita a ser su discípulo, a vivir la nueva alianza, y a llevar su misericordia y fidelidad a los demás. ¿Estás dispuesto a responder a este llamado? ¿Cómo puedes hacer realidad en tu vida este pacto de amor que Dios te ofrece hoy? Hazlo todo por amor, como San Francisco de Sales nos exhorta, y verás cómo el Señor transforma tu vida y la de quienes te rodean».
(Guía Mensual)
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