8 de diciembre de 2024
- Primera lectura: Bar 5,1-9: Dios mostrará a toda la tierra tu esplendor.
- Salmo Responsorial: 125, 1-6: Él ha estado grande con nosotros y estamos alegres.
- Segunda lectura: Flp 1,4-6.8-11: El que empezó la obra, la llevará a feliz término.
- Evangelio: Lc 3,1-6: ¡Preparen el camino del Señor!
Color: MORADO
“LOS CRISTIANOS VIVOS PREPARADOS”
Son naturalmente personas adventistas, personas que viven esperando la segunda venida de Cristo.
En el papel, esta afirmación suena cierta, pero en la vida real, ¿quién presta atención o se preocupa por el fin del mundo? Yo no y tú tampoco.
El Adviento es mucho más que otra temporada del calendario de la Iglesia. El Adviento es una época muy especial, pero no por la proximidad de la Navidad. Recuerde, el Adviento no pretende ser una preparación para la primera venida de Jesús a Belén. Conocemos la fecha.
No podemos ignorar la Primera Venida de Jesús, sucedió, es real, pero pertenece al pasado.
El Adviento mira hacia el futuro. Dios es nuestro único futuro. ¿Estás listo? El Adviento me ofrece la oportunidad de orar por el regreso de Cristo y preparar su Segunda Venida, pero no estoy listo.
“Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”, oro con mis labios, pero mi corazón está silencioso e impasible.
“Es irónico lo mucho que nos preparamos para todo lo demás en esta vida excepto el destino de nuestra alma. Si viajamos a algún lugar nos preparamos realizando todo tipo de reservas. Es cierto que nos preparamos para casi todo en la vida, ¿qué pasa con la eternidad de destino de nuestra alma? ¿Estás preparado?
Es asombroso que hoy en día la mayoría de la gente ignore un evento tan poderoso. Somos rápidos en creer muchas otras cosas, pero nos resulta difícil creer las propias palabras de Jesús sobre su Segunda Venida, pero sucederá.
“Recuerdo cuando vivía hace algunos años en la ciudad de Nueva York, una mujer le contó a su esposo, que siempre se había mantenido alejado de las cosas religiosas, acerca de un hombre al que ambos conocían muy bien y que acababa de morir repentinamente. El hombre comentó: «Qué cosa tan terrible ser llamado sin ninguna posibilidad de prepararse».
Su esposa respondió: «Bueno, ha tenido cincuenta y cuatro años de oportunidades». Círculo de domingo
“Juan recorrió toda la región del Jordán, proclamando un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados”. La voz de Juan el Bautista, como una trompeta sonora, nos recuerda un mensaje eterno, “Preparad el camino del Señor” …
¿Cómo pedimos? Él dice: «Arrepiéntanse».
El Adviento no es Cuaresma. “Arrepentirse” en Adviento es una invitación, no a la penitencia severa, no al ayuno, sino a vivir fiel y gozosamente entre los tiempos, entre el ya, la Primera Venida de Cristo, y lo que todavía no es la nueva creación de Dios, su Segunda Venida.
El Adviento es una invitación a reflexionar sobre nuestro camino y a asegurarnos de que navegamos en la dirección correcta.
El arrepentimiento comienza con el reconocimiento de que nuestro barco puede haber comenzado a desviarse del rumbo.
El GPS es una de las tecnologías más novedosas, no es de extrañar. Los científicos usan para estudiar los hábitos de alimentación de los ciervos, a la caza de tesoros de los viejos barcos españoles hundidos en los océanos, a los conflictos de propiedad Settle entre propietarios de la tierra, para saber dónde están sus hijos, que lo lleve a casa …
¿Tenemos, católicos, tenemos un UPS para preguntarle cuál es la mejor manera de llegar allí? El problema es que muchos de nosotros ni siquiera conocemos la dirección de nuestro destino final.
Sí, amigos míos, tenemos un GPS integrado en nuestros corazones y el Espíritu Santo es nuestro guía y arquitecto de nuestra vida cristiana. “No apaguéis el Espíritu”, dice Pablo. Sea un templo del Espíritu. Permítele respirar en ti y a través de ti.
El Adviento es el tiempo de “Preparar el camino del Señor” que vino, que viene todos los días y que vendrá a abrirnos la última puerta de la vida eterna.
¿Estás listo? No preguntes a tu GPS, ¿cuándo llegaré? Solo obedece al Espíritu Santo.
Juan el Bautista recordó en el desierto a la gente de su época y en el Evangelio de hoy, nos recuerda la única cosa necesaria para estar preparados para la venida de Cristo.
Juan el Bautista era la voz, ¿puedes oírlo? Vio a Jesús con sus propios ojos, ¿puedes verlo? Lo señaló literalmente a Él, ¿su vida lo señala a Él? Su llamado fue, «Cristo viene» y pronto fue seguido por, «Allí está».
Vivido preparado.
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