Domingo, 8 de junio del 2025
- Primera lectura: Hch: 2,1-11: Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo.
- Salmo Responsorial: 103: Yo me alegraré con el Señor.
- Segunda lectura: 1 Cor 12,3-7.12-13: Diversidad de carismas, pero un solo Espíritu.
- Evangelio: Jn 20,19-23: Reciban el Espíritu Santo.
Color: ROJO
“Pentecostés: La acción del Espíritu”
La diversidad de ambientes donde vive el ser humano es determinante para su desarrollo. La latitud y altitud, el terreno llano, quebrado, montañoso, desértico, húmedo, seco, costero, etc., hacen que el lenguaje, las costumbres, la concepción y vivencia de lo sagrado, su experiencia con lo trascendente y su cultura en general adquieran matices propios. Son muy distintos los seres humanos de la sierra, del llano, de la costa, del campo o de la ciudad. A nivel mundial se notan más las diferencias entre los pueblos orientales y los occidentales. Entre asiáticos, europeos, latinos, africanos y nativos de nuestras tierras amerindias.
En el relato de la torre de Babel (Gn 11,1-9) la unidad de la lengua permitía la construcción de una torre religioso-político-militar, como signo del proyecto de la dominación. Aquí la unidad de lengua no era dada por el Espíritu Santo, sino por el alma codiciosa de los seres humanos que con frecuencia le da rienda suelta a sus bajos instintos de poder. Según el relato del Génesis, Dios confundió y dispersó a la gente por toda la superficie de la tierra. La recuperación de las lenguas nativas hizo posible detener la construcción de la ciudad dominadora. Una lectura del relato del Génesis, desde la perspectiva tradicional, dominante y colonial, siempre vio la pluralidad de lenguas y culturas como una maldición y castigo. Según esta visión, en Pentecostés se habría recuperado la unidad perdida en Babel. Pero desde nuestra perspectiva liberadora, la diversidad de lenguas es el hecho liberador que permitió la huida de los trabajadores y la paralización de la construcción de la ciudad. Pentecostés no fue la recuperación de la unicidad en la lengua, sino el entendimiento en medio de la pluralidad.
Durante la cristiandad se impuso el cristianismo a la fuerza y quedaron prohibidas otras manifestaciones religiosas, así como diversas formas de vivir el cristianismo. Constantino y sus compinches, con la complicidad de algunos líderes cristianos confundieron unidad con unanimismo, y organizaron la Iglesia respondiendo a sus bajos instintos de poder, con claros signos de intolerancia: allí el Espíritu Santo fue el gran ausente. Durante la evangelización en nuestras tierras, o mejor, durante la cristianización de nuestros pueblos, se arrasó con la cultura, con las costumbres, con la religiosidad y, por lo tanto, con la dignidad de los nativos. Según la mentalidad de los conquistadores y misioneros, los nativos eran unos indios incivilizados e infieles, a quienes había que civilizar y cristianizar: allí también el Espíritu Santo fue el gran ausente.
En Pentecostés cada pueblo conservó su lengua y su cultura. Lo nuevo fue la unidad y comprensión del Evangelio manteniendo la diversidad de lenguas y culturas. La unicidad de lenguas no es el proyecto original de Dios, ni tampoco su recuperación se dio en Pentecostés. El proyecto original de Dios, recuperado en Pentecostés, es una humanidad plurilingüe, multiétnica y pluricultural.
En Pentecostés, con la acción del Espíritu Santo se logró la comunicación y el entendimiento en cada lengua. La acción del Espíritu en la vida de las personas y de las comunidades, mueve a la comunicación en el Amor; a cambiar desde dentro, no como imposición. Aquí la persona no tiene que renunciar a su desarrollo personal. Aquí cada pueblo conserva su idioma, su religiosidad y su identidad cultural. El evangelio llega a cada cultura y a cada persona, no para imponerse sino para proponer un camino que posibilita nuevas relaciones interpersonales y nuevas relaciones con la trascendencia. Por eso es Buena Noticia.
Hay cosas que como cristianos nunca podremos tolerar: la injusticia, la corrupción, el engaño, la explotación, la esclavitud, etc., vengan de donde vengan. Pero hay otros elementos que son parte de la cultura de los pueblos: el llamado ethos cultural. Hay elementos que son propios de cada persona: el llamado ethos personal. El Ethos personal y el Ethos cultural, en vez de contradecir la experiencia con Jesucristo, se convierten en el espacio donde el evangelio se desarrolla y salva al ser humano. De esta manera tenemos nuevas experiencias enriquecedoras para otros que quieran aceptar la Buena Nueva. “El cuerpo humano es uno solo, aunque tenga muchos miembros; y los miembros, a pesar de ser muchos, forman todos un solo cuerpo. Pues bien, eso es lo que sucede con Cristo. Porque, por obra del único Espíritu, todos nosotros, judíos o no judíos, esclavos o libres, al bautizarnos nos hemos unido a ese único Cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber de ese único Espíritu.” (Primera lectura – 1Cor 12,12-13).
Abramos hoy toda nuestra vida a la acción del Espíritu para que nos haga testigos de la resurrección y nos libere del miedo; para que salgamos del encerramiento existencial en el que a veces vivimos y nos abramos a una relación nueva y renovadora con Dios y con los hermanos.
Oración
Bendito seas, Padre, fuente inagotable de vida, de amor, de alegría y de felicidad. Te damos gracias por todo el raudal de bendiciones que a cada momento recibimos de Ti. Te damos gracias por la multiplicidad de seres que hay en el mundo. Por las diversas identidades culturales y personales. Por las diversas experiencias religiosas que producen salvación, protegen y dignifican la vida. Gracias por el hermoso testimonio de Jesús y por la acción del Espíritu que nos conduce a la verdad completa. Gracias porque nos amas a cada uno en particular, porque velas por nosotros, nos cuidas y nos llenas de Ti.
Hoy nos abrimos a la acción de tu Espíritu. Lo aceptamos con alegría y humildad para que Él nos una en el amor, nos ayude a vencer las discordias, a superar las diferencias personales, ideológicas, sociales y nos dé la gracia de trabajar unidos por la Causa de Jesús. Que tu Espíritu renueve nuestras vidas, nos haga vencer el miedo, nos fortalezca, nos de la sabiduría, la diligencia y la capacidad para hacer vida la justicia del Reino.
“Ven Espíritu Santo, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetras las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuanto no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén”.
Otros temas del mismo autor:
Solemnidad: Ascensión del Señor. Ciclo C
Si deseas recibir en tu móvil por WhatsApp, únete a este grupo: https://chat.whatsapp.com/LpG5T2vq07kFMUGgU8WeUc
Tenemos un canal de WhatsApp, aquí está el enlace, por si deseas unirte:
https://www.whatsapp.com/channel/0029ValBpZA4yltKpk6w9A2C
Para donaciones: https://www.paypal.me/padredomingovasquez
Lecturas: VII Semana de Pascua. 7 de junio del 2025
Moniciones: VII Semana de Pascua. 7 de junio del 2025
Homilía: VII Semana de Pascua. 7 de junio del 2025
Homilía: En pocas horas celebraremos la Vigilia de Pentecostés. 7 de junio del 2025
Lecturas: VII Semana de Pascua. 6 de junio del 2025
Moniciones: VII Semana de Pascua. 6 de junio del 2025
Aquí podrás escuchar el Evangelio y la reflexión para hoy:
VIVIENDO CON PACIENCIA Y PRUDENCIA
El BAÑO DE REGENERACIÓN Y DE RENOVACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO