Feria o Memoria de la Virgen María (VI día de la novena)
Miércoles, 17 de enero del 2024
Color: VERDE (BLANCO/AZUL)
- Primera Lectura. I Sam 17, 32-33.37.40-51: “Anda, úngelo, porque es éste”.
- Salmo Responsorial: 143, 1.2.9-10: “Bendito el Señor, mi Roca”.
- Evangelio. Mc 3, 1-6: “Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio”.
“LA FORTALEZA ESTÁ EN DIOS”
Feria o Memoria de la Virgen María (VI día de la novena)
Miércoles, 17 de enero del 2024
Color: VERDE (BLANCO/AZUL)
- Primera Lectura. I Sam 17, 32-33.37.40-51: “Anda, úngelo, porque es éste”.
- Salmo Responsorial: 143, 1.2.9-10: “Bendito el Señor, mi Roca”.
- Evangelio. Mc 3, 1-6: “Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio”.
“La fuerza de Dios nos energiza, motiva e impulsa a superar nuestras limitaciones”
Por P. Wilkin Castillo, San Juan de la Maguana
En este día conmemoramos la memoria obligatoria de San Antonio Abad, que él ruegue por nosotros. La Iglesia nos propone unas lecturas muy interesantes para hoy. Empezando por la primera del libro de Samuel. En aquellos días, Saúl mandó llamar a David y éste le dijo: “Majestad, no se desanime. Este servidor tuyo irá a luchar con ese filisteo.” Pero Saúl le contestó: “No podrás acercarte a ese filisteo para luchar con él, porque eres un muchacho y él es un guerrero desde mozo.
La razón humana no logra entender del todo los planes de la mente divina. Aunque David era un muchacho, cuando Dios está el muchacho equivale a Diez hombres. David le replicó: “El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de las manos de ese filisteo.” David mostro confianza en su Dios y ya estaba hablando la experiencia en él. Entonces Saúl le dijo: “Anda con Dios.” En esas palabras está la bendición de Saul para David.
Agarró el cayado, escogió cinco cantos del arroyo, se los echó al zurrón, empuñó la honda y se acercó al filisteo. Éste, precedido de su escudero, iba avanzando, acercándose a David; lo miró de arriba abajo y lo despreció, porque era un muchacho de buen color y guapo, y le gritó: “¿Soy yo un perro para que vengas a mí con un palo?” Luego maldijo a David, invocando a sus dioses, y le dijo: “Ven acá, y echaré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.” Pero David le contestó: “Tú vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy hacia ti en nombre del Señor de los ejércitos, Dios de las huestes de Israel, a las que has desafiado.
Hoy te entregará el Señor en mis manos, te venceré, te arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los del campamento filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra; y todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel, y todos los aquí reunidos reconocerán que el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, para lograr la paz no necesitamos lanzas ni espadas, porque ésta es una guerra del Señor.
Cuando el filisteo se puso en marcha y se acercaba en dirección de David, éste salió de la formación y corrió velozmente en dirección del filisteo; echó mano al zurrón, sacó una piedra, disparó la honda y le pegó al filisteo en la frente: la piedra se le clavó en la frente y cayó de bruces en tierra. Así venció David al filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada. David corrió y se paró junto al filisteo, le agarró la espada, la desenvainó y lo remató, cortándole la cabeza. Los filisteos, al ver que había muerto su campeón, huyeron.
El estribillo del salmo dice: Bendito el Señor, mi Roca. Así descubrió David a Dios como roca fuerte, por eso con mucha confianza va a pelear con el gigante filisteo, ahí radica nuestra fuerza en Dios y nuestra confianza.
En el Evangelio encontramos que: “En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Jesús es capaz de ponerse en el lugar del otro, fue empático y compasivo con este que sufría Parálisis.” Jesús se preocupó por sanarlo de esa parálisis, igual nosotros, no estamos en la vida para provocar parálisis a nadie, sino para colaborar para que caminemos juntos, esta es la verdadera sinodalidad, una iglesia en salida pero que caminemos juntos.
Es mejor que tengamos una parálisis física y no una parálisis espiritual, saben por qué, con una parálisis física y con fe nos salvamos, pero con una parálisis espiritual sin fe nos condenamos. Dice el texto que los presentes estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: “Levántate y ponte ahí en medio. Que bonito el que estaba a la orilla por la parálisis arrojado, olvidado, maltratado, ahora pasa a ser el centro del escenario. Así es Jesús el experto en restaurar, en dignificar y en levantar. y a ellos les preguntó: “¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?” Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: “Extiende el brazo.” Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.
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