Alberto Linero
Jueves, 18 de enero de 2024
Señor mío y Dios mío, Tú eres un juez justo, a Ti te entrego todo lo que estoy viviendo, solo sé que quiero hacer las cosas bien, no quiero desviarme, aunque me estén atacando, sigo orando como el salmista para decir: «Escucha, Señor, mi justa demanda, atiende a mi clamor; presta oído a mi plegaria, porque en mis labios no hay falsedad.
Tú me harás justicia, porque tus ojos ven lo que es recto: si examinas mi corazón y me visitas por las noches, si me pruebas al fuego, no encontrarás malicia en mí.
Mi boca no se excedió ante los malos tratos de los hombres; yo obedecí fielmente a tu palabra, y mis pies se mantuvieron firmes en los caminos señalados: ¡mis pasos nunca se apartaron de tus huellas!
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes: inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén…
¡En la Voluntad de Dios siempre!
JESÚS TOMA MI VOLUNTAD, Y DAME LA TUYA✍
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