Alberto Linero
Jueves, 11 de abril de 2024
Señor mío y Dios mío, vengo ante Ti al terminar el día para agradecer, entregar, suplicar y descansar.
Sí, te agradezco todo lo vivido.
Te entrego todo el esfuerzo honesto y disciplinado que hago para obedecer tu mandamiento del amor y comportarme desde los valores del Reino; también ofrezco mis lágrimas, mis risas, mis emociones, mis pensamientos, todo lo que soy y hago en las batallas diarias.
Te suplico ayuda, sabes que solo no puedo, que son muchas las situaciones adversas y que requiero tu misericordia.
Pero ahora, mi Dios, lo que quiero es descansar, quiero dejar en tus manos todas las preocupaciones que tengo, para entregarme en tus brazos y dormir en paz.
Quiero que mañana al levantarme pueda sentir que estoy preparado para continuar, que puedo alcanzar lo que me he propuesto por tu ayuda y bendición.
Te amo.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén…
¡En la Voluntad de Dios siempre!
JESÚS TOMA MI VOLUNTAD, Y DAME LA TUYA✍
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