Alberto Linero
Domingo, 17 de marzo de 2024
Señor mío y Dios mío, eres mi guía y protector, restauras mis fuerzas.
Alabado y glorificado seas, Dios verdadero y eterno, aunque me falten algunas cosas, me basta tu gracia, nada me falta en tu presencia.
Cuando te manifiestas en mi vida encuentro luz para la toma de decisiones, cuando Tú te manifiestas las dificultades no tienen el mismo poder porque ceden a la fuerza de tu voz.
Tus palabras, Señor, son suaves como la caricia de una madre y, a la vez, reflejan fortaleza.
Cuando te invoco, respondes con prontitud, tus palabras son como una brisa suave que refresca mi corazón.
Te agradezco, Señor, porque me cubres con tu manto y evitas que el frío de los problemas me haga temblar.
Bendito Dios, no permitas que pierda la capacidad de reconocer tu presencia en cada acontecimiento de mi historia.
Gracias, Señor, por recordarme que voy acompañado por Ti y que ahora todo lo puedo dejar contigo mientras duermo y descanso sereno.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén…
¡En la Voluntad de Dios siempre!
JESÚS TOMA MI VOLUNTAD, Y DAME LA TUYA✍
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