Moniciones: XXIII Domingo.  Tiempo Ordinario. Ciclo B

  • Primera Lectura. 1 Cor 4, 6b-15: “por medio del Evangelio soy yo quien los ha engendrado para Cristo Jesús”.
  • Salmo Responsorial. 144, 17.18.19-20.21: “Cerca está el Señor de los que lo invocan”
  • Evangelio. Lc 6, 1-5: “El Hijo del hombre es señor del sábado”.

Queridísimos hermanos en la presencia de nuestro Señor Jesucristo, muy buenos días, tardes o noches.

Llamarse cristiano, es un compromiso y un reto muy grande, pues conlleva una postura y actitud de vida. No se puede decir que se es cristiano, si luego se vive como un pagano que no conoce de Dios, ni de Jesucristo. Es lo que el apóstol Pablo le dice a la comunidad de Corinto. Se lo dice, no para desalentarlos, sino para hacerlos caer en la cuenta de lo valioso que es ser y llamarse cristiano. Jesús inaugura unos tiempos nuevos donde, teniendo a Dios como el centro, todo lo demás vendrá por añadidura.

No les escribo esto para avergonzarlos, sino para hacerlos recapacitar, porque los quiero como a hijos.

Hay que reconocer que la creación entera está al servicio de la persona. Que Dios es justo y bondadoso con todas sus criaturas.

Presidente: Dios Padre está siempre cerca de aquel que lo invoca y de cuántos lo buscan con sinceridad.  Acudamos a Él confiándole todos nuestros deseos y necesidades.  Oremos diciendo: “Señor, escucha nuestra oración”.

1.- Por la Iglesia que nos ha engendrado a la fe: para que, en la persona de sus pastores y ministros, acompañe e instruya al pueblo de los creyentes en la certeza de la esperanza, en la laboriosidad de la caridad, en la sabiduría de la fe. Roguemos al Señor.

2.- Por los gobernantes de las naciones y por los que han sido llamados a administrar la justicia: para que vivan su deber con espíritu de servicio y rectitud de conciencia, favoreciendo la paz la solidaridad y la atención a los más pobres. Roguemos al Señor.

3.- Para que nadie en el mundo sea insultado, burlado, calumniado y perseguido a causa de la fe que profesa.  Que en todos los lugares se respete la libertad religiosa, para que todo ser humano pueda buscar a Dios y encontrar así su verdadera dignidad. Roguemos al Señor.

4.- Por todos los difuntos, para que pronto sean partícipes de la alegría de la Jerusalén celestial y vivan por siempre en Dios. Roguemos al Señor.

Presidente: Dios, que todo lo ves y todo lo puedes, escucha nuestras oraciones, incluso las que habitan en los secretos de nuestros corazones, y escúchalas según tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro señor. Amén.

Gregoria Mejía Hilario/greymhilario@gmail.com

Moniciones: XXIII Domingo.  Tiempo Ordinario. Ciclo B

“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.

(San Alfonso María de Ligorio).

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Agradecimiento al Padre Domingo Vásquez Morales

ATRAPADOS POR LA RUTINA DE LA VIDA

«Yo ya hice la mejor elección y fue elegirte a ti»

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