Moniciones: XIX Domingo.  Tiempo Ordinario. Ciclo B

Color: VERDE o ROJO

  • Primera Lectura. Nah 1, 15;2,2;3,1-3.6-7: “Porque el Señor restaura la gloria de Jacob y la gloria de Israel”.
  • Salmo Responsorial. Dt 32, 35cd-36ab39abcd.41: “Yo doy la muerte y la vida”
  • Evangelio. Mt 16, 24-28: “¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?”.

Amadísimos hermanos en la presencia de nuestro Señor Jesucristo muy buenos días, tardes o noches.

El símbolo de la Cruz y el tomarla puede ser locura o fracaso para algunos modernos del siglo XXI, pero coherencia o gloria para los que sencillamente asumen la cruz. La Cruz es consecuencia del compromiso libremente asumido. No podremos encontrar a Dios, ni amarlo, si no aceptamos ni nos esforzamos, por seguir el camino de Jesús; un camino que implica, dejar nuestras indiferencias, egoísmos e insensibilidades por los débiles. No podemos dejar fuera de nuestro proyecto de vida lo que Jesús nos dio como ejemplo con su desprendimiento y su servicio a todos. La vida sólo se gana entregándola, en el servicio y el compartir.

 La Cruz no es fatalismo, ni exigencia del Padre.

Fue labor de Nahúm mostrar la ira de Dios, ante el cual deben presentarse los hombres en silencio y temblor.

Jesús nos pide un seguimiento dinámico y generoso, y ese es el secreto para ganar la vida.

Hoy se nos invita a revisar nuestro afán y/o proyecto de vida personal a la luz de lo que Jesús nos señala.

Presidente: A Dios Padre, creador del cielo y de la tierra, qué ha hecho gloriosa la cruz de tu Hijo haciéndolo resurgir de entre los muertos, pidamos con confianza: “Concédenos señor en la vida”.

1.- Por los cristianos que ante las dificultades de la vida sienten que su fe decae, para que el Espíritu Santo les conceda la sabiduría del corazón para comprender la lógica de la cruz que Jesús ha sido el primero en abrazar. Roguemos al Señor.

2.- Por el Papa, los obispos y todo el orden sacerdotal que en cada Eucaristía celebra la muerte del señor y proclaman su resurrección, para que ella sea la fuente de la que obtienen fuerza cuando la fatiga de la cotidianidad impide o frena el camino de conformación a Cristo. Roguemos al Señor.

3.- Por todas las personas que están abrazando la cruz de la enfermedad, del desempleo, de la marginación.  Que la presencia de Jesús Que invita a ir tras Él para aprender a vivir el sufrimiento y el dolor, las libre de la tristeza y de la rebeldía. Roguemos al Señor.

4.- Por nuestros queridos difuntos: para que reciban del Señor el perdón de sus fragilidades y la recompensa por el bien que han obrado, y sean admitidos en plena Comunión con Dios por los méritos de Jesús. Roguemos al Señor.

Presidente: Bendito seas tú, Señor, porque nos has permitido volver a ti recorriendo el camino que Jesús nos ha trazado: haz que lo sigamos con docilidad hasta el final.  Él es Dios y vive y ama Por los siglos de los siglos. Amén.

Gregoria Mejía Hilario/greymhilario@gmail.com

“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.

(San Alfonso María de Ligorio).

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