Memoria Libre: San Sixto II, Papa y sus compañeros Mártires o San Cayetano, Presbítero
Miércoles, 7 de agosto del 2024
Color: VERDE/ROJO/BLANCO
- Primera Lectura. Jr 37, 1-6: “El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel”.
- Salmo Responsorial. Jr 31, 10.11-12ab.13: “El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño”
- Evangelio. Mt 15, 21-28: “Mujer, ¡qué grande es tu fe!; que se cumpla lo que deseas”.
“No soy digno que entres bajo mi techo”
ENTRADA:
Amados hermanos en la fe y presencia de nuestro Señor Jesucristo, muy buenos días, tardes o noches.
Ella se llenó de fe y pidió con mayor fuerza. Hágase como quieres como si dijera tu fe puede hacer aun cosas mayores y su hija desde aquella hora quedó sana.
Tú también, querido hermano o hermana, si tu fe es grande, una fe viva de la que vive el justo y no una fe muerta, sin alma, es decir, sin caridad, tú también obtendrás no sólo la salud completa de tu familia, de tu alma, sino tendrás poder para mover montañas.
Lectura del Profeta Jeremías 31,1-7
Con amor eterno te amé, por eso prolongué mi misericordia.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 15,21-28
En realidad, lo que Él le decía no era para reprenderla, sino para instarla a acercarse más y para ir descubriendo aquel oculto tesoro en su interior.
Oración Universal:
Presidente: A Dios, que siempre se complace cuando encuentra la fe en sus hijos, pidamos con confianza: “Aumenta nuestra fe, señor”.
1.- Por la Iglesia orante: para que redescubra la llamada especial a interceder y orar con fe al Señor para obtener la curación, la liberación, la consolación de todos los que se confían a la oración de los cristianos. Roguemos al Señor.
2.- Por el Papa, los obispos, los sacerdotes: para que tengan apertura de mente y de corazón para favorecer el soplo del espíritu y seguirlo con docilidad. Roguemos al Señor.
3.- Para que todos los extranjeros encuentren en las comunidades eclesiales acogida y la oportunidad de manifestar sus necesidades, sus dones y su fe. Roguemos al Señor.
4.- Por todas las madres que asisten a sus hijos hospitalizados o sometidos a dolorosas terapias: para que, superando la sensación de impotencia que aprieta el corazón, encuentra en la fuerza para transmitirles serenidad, esperanza y confianza. Roguemos al Señor.
Presidente: Te damos gracias, Señor, porque nos llamas a compartir Los sufrimientos de nuestros hermanos, como tu Hijo Jesús lo hizo durante su vida. Él es Dios y vive y ama por los siglos de los siglos. Amén.
Gregoria Mejía Hilario/greymhilario@gmail.com
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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