Moniciones: XIX Domingo.  Tiempo Ordinario. Ciclo B

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  • Primera Lectura. 2 Cor 9, 6-10: “El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; el que siembra generosamente, generosamente cosechará”.
  • Salmo Responsorial. 111, 1-2.5-6.7-8.9: “Dichoso el que se apiada y presta”
  • Evangelio. Jn 16, 24-26: “Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto”.

Amados hermanos en Cristo que es nuestra esperanza y alegría, muy buenos días, tardes o noches.

En la parábola del sembrador la semilla es la Palabra de Cristo, en  el grano de trigo es identificado con el mismo Cristo. En esta pequeña parábola Jesús traduce el «es preciso» de la pasión motivándolo por el fruto que ha de dar: el grano que muere no se queda solo, es decir, solitario, sino que produce otros granos, en abundancia; la glorificación se describe a través de esta multiplicación. De modo que todos estamos llamados a ser eco de esta palabra del Señor para anunciada por todos los confines de la tierra.

Debemos dar sin esperar recibir recompensas, puesto que la mayor paga la obtendremos de nuestro Señor Jesucristo.

Cristo no estuvo agarrado a la vida de este mundo; vino a este mundo para despojarse de sí mismo, para dar su vida y retomarla cuando quisiera.

Presidente: A través del ejemplo de vida y de la generosidad que caracterizaron a san Lorenzo, el Señor nos invita a servirnos los unos a los otros.  Pidámosle la capacidad para estar atentos a las necesidades de nuestros hermanos y digamos: “Haznos solícitos en hacer el bien, Señor”.

1.- Por nuestros sacerdotes: que caminen en el seguimiento del señor trabajando solo para su gloria. Roguemos al Señor.

2.- Por los diáconos: que, siguiendo el ejemplo de San Lorenzo hizo corridos por su intercesión, respondan con fidelidad a la llamada al servicio de los hermanos. Roguemos al Señor.

3.- Por los catequistas: que difunden entre los jóvenes la buena semilla de la Palabra, de Dios seguros que, en la anexión a la voluntad del Padre dará fruto. Roguemos al Señor.

4.- Por todos nosotros: para que, apartándonos de nuestras seguridades, encontremos la fuerza poner en Dios nuestra confianza. Roguemos al Señor.

Presidente: Enséñanos, Señor, a amar tanto nuestra vida como para entregártela a ti, porque solo así, libre de todo miedo, dará fruto según tus promesas.  Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Gregoria Mejía Hilario/greymhilario@gmail.com

Moniciones: XIX Domingo.  Tiempo Ordinario. Ciclo B

“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.

(San Alfonso María de Ligorio)

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