La Visitación de la Virgen María
Viernes, 31 de mayo del 2024
Color: BLANCO
- Primera Lectura. Sof 3, 14-18: “El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás”.
- Salmo Responsorial. Isaías 12, 2-3.4bcd-6: “Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel”.
- Evangelio. Lc 1, 39-56: “¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?”.
“Yahveh está en medio de ti, el héroe que te salva”
ENTRADA:
Amados hermano en Cristo que nos llena con su amor.
María tenía su corazón cimentado en su Dios y confiaba en sus promesas; por eso, aunque pudiera estar en una situación de peligro, sabía que su Padre cuidaba de ella y de los suyos. Hoy esas mismas promesas que tenía en su corazón nuestra Madre.
Cuando extendemos nuestras manos al cielo en alabanza, estas se llenan de los dones que necesitamos para servir a su pueblo y en medio de ese servicio recibir la gracia de su amor olvidándonos de nosotros mismos, tal como dice San Ignacio de Loyola: “En todo amar y servir”.
Lectura de la Profecía de Sofonías ( 3, 14-18)
El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás.
(O bien)
Lectura de la Carta de San Pablo a los Romanos (12, 9-16b)
Como pasando un largo camino fue a ayudar, a servir y a dar de sí. La Madre de Dios no se quedó en la comodidad de su hogar cuidando su embarazo, sino que fue a servir, a acompañar y a cuidar.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (1, 39-56)
El texto evangélico de hoy nos recuerda la actitud de María de Nazaret que, después de recibir el anuncio de su maternidad, se siente movida por el Espíritu a viajar hasta la casa de su prima, solidarizarse con la alegría que debe tener Isabel por su esperada maternidad.
Oración Universal:
Presidente: Al Señor, que hace grandes cosas con quien se confía con humildad en sus manos, digamos juntos: “Tú eres nuestra salvación”.
- Por la Iglesia, para que, como santa Isabel, viva en constante y atenta espera de la venida del Señor en la historia para poder reconocer y glorificar cada día las obras y la misericordia de Dios, como lo he hecho María. Oremos.
- Por todas las mujeres que esperan un hijo, para que el Señor les ayude a crecer en el don de sí, mientras crece la vida dentro de ellas, para que puedan ser portadoras de su amor y de su ternura. Oremos.
- Por nuestros gobernantes, para que protejan con leyes sabias y justas el derecho de todo niño a nacer y el de toda mujer a ser sostenida y acompañada durante un embarazo difícil, para que se favorezca cada vez más una cultura de la vida. Oremos.
- Por todas las mujeres que sufren por no poder tener hijos, para que confíen al Señor su deseo, para que pueda ser purificado y acogido por Él; que confíen en su presencia y en su bondad, y se entreguen con humildad a su voluntad. Oremos.
- Por todos nosotros, para que reconozcamos las «visitas» del Señor en las personas, en las situaciones y en nuestra vida cotidiana, y acojamos con confianza y esperanza su voluntad. Oremos.
Presidente: Escucha, Padre, nuestra oración por intercesión de la Bienaventurada Virgen María, y haznos, como ella, cantores alegres de tus maravillas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Cortesía de: Cristomaniacatolica.com
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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