Moniciones: IX Domingo.  Tiempo Ordinario. Ciclo B

Color: ROJO

  • Primera Lectura. Jds 17.20b-25: “Acuérdense de lo que predijeron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo”.
  • Salmo Responsorial. 62, 2.3-4.5-6: “Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío”.
  • Evangelio. Mc 11, 17-33: “Pues tampoco yo les digo con qué autoridad hago esto”.

Queridos hermanos en la presencia de nuestro Señor Jesucristo, muy buenas noches.

En el Evangelio los sumos sacerdotes representan a los que por falta de fe no reconocemos la autoridad de Jesús para hacer milagros, y esto incluye milagros de transformación, sanación y de salvación muchas veces en nuestras propias vidas. 

A veces nos cuesta reconocer el derecho que Dios tiene a ser el dueño de nuestras vidas.por lo que reflexionemos a ciertas interrogantes: ¿Cómo puedo fortalecer mi fe en Jesús? ¿De qué manera puedo mostrar misericordia a los demás? ¿Qué me impide reconocer la autoridad de Jesús en mi vida?

Es crucial mantenernos firmes en nuestra fe y en la oración permanente, especialmente en tiempos de incertidumbre o cuando enfrentamos desafíos para no caer en las trampas del enemigo

No reconocerán su poder, ni su autoridad, pero lo más grave es que tampoco verán su amor y su bondad.

Presidente: Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, para que nos ayude a caminar con rectitud, de mundo que al final seamos dignos de presentarnos ante Él en la gloria.  Digamos: “Escucha, Padre, nuestra oración”.

1.- Por la comunidad de los creyentes.  Para que en ella los fuertes sostengan a los débiles, los que están más adelante atiendan e involucren a los que se han quedado atrás, en un recíproco intercambio de caridad. Oremos.

2.- Por el Papa Francisco.  Que su enseñanza sea para cada cristiano una referencia que lo ayude a crecer en la fe, en la relación con el Señor en la vida de caridad. Oremos.

3.- Para que el corazón del hombre se convierta al bien y en él puedan crecer cada vez más sentimientos de caridad, de acogida y de perdón. Oremos.

4.- Por los que son débiles en la fe.  Que no se aferren a faltas seguridades, sino que busquen soporte en el Señor, para crecer libre es bajo la guía de la gracia. Oremos.

5.- Por los que hoy se encontrarán con el Señor después de un largo sufrimiento.  Para que pueda ser un encuentro de consolación y de alegría. Oremos.

Presidente: Acoge, Padre, la oración de tu iglesia y hazla cada vez más alegre y auténtica en su camino de santidad.  Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Gregoria Mejía Hilario/greymhilario@gmail.com

“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.

(San Alfonso María de Ligorio).

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