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  • Primera Lectura. I Re 8, 1-7.9-13: “La gloria del Señor llenaba el templo”.
  • Salmo Responsorial: 131, 6-7.8-10: “Levántate, Señor, ven a tu mansión”.
  • Evangelio. Mc 6, 53-56: “En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza”.

Saludos hermanos en nuestro Diis que sana, salva y libera.

En una cultura donde la indiferencia toma cada vez más espacio, Jesús se nos presenta hoy como el que se involucra en las realidades de los vulnerables, no es indiferente ante el sufrimiento de los hermanos. La ternura y la compasión son elementos distintivos de la misión del cristiano, y aunque en el relato evangélico se habla de muchos que van para ser curados, hay otros que se están formando como discípulos.

Jesús vive para los demás, busca reconstruir la dignidad y reincorporarlos a la comunidad, para esto se acerca y les toca, se hace amigo de camino junto a los que no pueden caminar.

Llevaron el arca de la alianza al Santísimo, y la nube llenó el templo.

Dice hoy el Evangelio: «Le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.

El que preside: El señor ha querido poner su morada entre nosotros para acompañarnos en nuestro camino.  Seguros de su presencia en la historia de la humanidad, digamos: “Renuévanos con tu presencia señor”.

– Por todos los cristianos, piedras vivas del cuerpo de Cristo. que es la Iglesia.  Que su vida sea casa que acoge al Señor que viene a poner su morada entre nosotros, para darse a conocer, a través de nosotros, a cada hombre.  Roguemos al Señor.

-Por el Papa Francisco y por los sacerdotes, elegidos por el Señor como ministros suyos.  Que vivan con fe y gratitud el misterio que celebran y se dejen transformar por él, para que cada persona que se les acerque pueda reconocer en ellos la presencia y la misericordia del Señor Jesús.  Roguemos al Señor.

-Por los niños y los jóvenes que frecuentan las parroquias.  Que aprendan a considerarlas como su casa, como un lugar en el cual pueden crecer y emplear sus dones.  Roguemos al Señor.

-Por todas las personas que piden al Señor para sí mismas o para sus seres queridos la sanación de una enfermedad.  Que se confíen a su misericordia y sepan aceptar lo que el Señor les quiera dar, con la certeza que él desea solo el bien para cada persona y sabe qué es lo mejor para cada uno. Roguemos al Señor.El que preside: Oh Dios, que en tu amor has venido a habitar entre los seres humanos, pon en nosotros tu morada permanente y haznos portadores de tu gloria en el mundo.  Por Jesucristo, nuestro Señor.  Amén

Lervidiana Castro Hernández/lervidianacastrohernandez1976@gmail.com

“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”

(San Alfonso María de Ligorio).

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