Domingo, 24 de noviembre del 2024
(XXXIV Domingo. Tiempo Ordinario). Especial de ADVIENTO
- Primera lectura: Dn 7,13-14: Vi venir en las nubes del cielo la figura de un hombre.
- Salmo Responsorial: 92,1-2.5: La santidad es el adorno de tu casa, Señor.
- Segunda lectura: Ap 1,5-8: Yo soy el alfa y la omega.
- Evangelio: Jn 18,33b-37: Todo el que está por la verdad, escucha mi voz.
Color: BLANCO
“Su poder es eterno, no cesará; su reino no tendrá fin”
La celebración de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, cierra el año litúrgico con el acento escatológico y apocalíptico propio de los últimos domingos. Cristo es el Alfa y la Omega, es decir: el principio, el centro y el fin de la historia humana que Dios convierte en historia de salvación. Cristo se manifestó ante Pilato; es Él quien nos revela al Padre. Vivamos en esta Eucaristía el gran gozo de tener a Cristo como testigo de la Verdad que nos guía hacia el Padre. Hermanos y hermanas cantemos con ánimo.
Primera lectura: Dt 7, 13-14 (Su poder es eterno, no cesará)
La primera lectura nos describe una visión de Daniel. Entre las nubes aparece un hombre a quien se le da poder, honor y reino. Nuestro autor identifica a este Mesías con el líder del pueblo de los santos. Luego el Nuevo Testamento identifica a este Hijo de Hombre con Jesús. Escuchen hermanos y hermanas.
Segunda lectura: Ap 1, 5-8 (Cristo ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes)
En la segunda lectura tomada del libro del Apocalipsis vemos a Cristo como el Testigo fiel de Dios, el resucitado y el Rey Todopoderoso. Sigue una alabanza de la obra redentora de Cristo y una proclamación de su venida en gloria. Les invito a que nos dejemos penetrar por la grandeza y majestad de Jesucristo.
Tercera lectura: Jn 18, 33.37 (Tú lo dices: soy rey)
La lectura evangélica de hoy, según San Juan, Cristo afirma claramente su realeza. A la vez dice que ha venido a revelar o dar testimonio de la Verdad. Su reino no es como los reinos de la tierra, sino que es un reino nacido de la humillación, del sufrimiento y de la muerte, del servicio a la Verdad. Vamos a escuchar este diálogo sobre nuestro Rey, pero antes entonemos el Aleluya.
El que preside: Al Señor Jesús, que desde el trono real de la cruz reina y juzga al mundo, dirijamos nuestra humilde oración. Con fe aclamemos: “Rey eterno, escucha nuestra oración”.
1. Por la Iglesia: para que unida en Cristo, Rey de paz, exprese a la luz del Evangelio la justicia nueva que él ha promulgado desde la cruz. Roguemos al Señor.
2. Por los pastores del pueblo de Dios, obispos, presbíteros, diáconos, religiosos, religiosas: para que imiten a Jesús, que no vino para ser servido, sino para servir. Roguemos al Señor.
3. Por la sociedad en que nos ha tocado vivir: para que reconozca en todo ser humano la presencia del Hijo de Dios, que un día vendrá a juzgar al mundo. Roguemos al Señor.
4. Por nuestra parroquia N.: para que vivamos convencidos que servir es reinar. Roguemos al Señor.
5. Por todos nosotros: para que Jesús reine en nuestros corazones y en nuestras vidas, santificando nuestras acciones y palabras. Roguemos al Señor.
El que preside: Padre, tú que has querido hacer reinar a tu Hijo en el corazón de cada hombre, haznos dóciles a tu voluntad para llegar a ser parte de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro señor. Amén.
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
Aquí podrás escuchar el Evangelio y la reflexión para hoy:
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