Jueves, 23 de mayo del 2024
Color: BLANCO
- Primera Lectura. Is 52, 13-53,12: “Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores”.
- Salmo Responsorial. 39, 6.8-11: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.
- Evangelio. Lc 22, 14-20: “Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes”.
“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”
ENTRADA:
Hoy se nos presenta al “Sumo y Eterno Sacerdote” como uno que sería exaltado por la coherencia entre sus acciones y su palabra. Jesús, a quien los cristianos encontramos en las profecías de Isaías, es presentado como uno que no tiene gracia ni belleza, tampoco ningún aspecto atrayente. Es un hombre que sería despreciado y rechazado, un varón de dolores, habituado al sufrimiento. Este sacerdote –servidor– sería maltratado, humillado y degollado. Ese es el “Sumo y Eterno Sacerdote”.
Lectura del profeta Isaías (52, 13-53, 12)
El profeta Isaías, nos describe al Sumo y eterno sacerdote, en su profecía, como, uno que será maltrado, y humillado. Al siervo, a quien hay que mirar. Escuchen la voz del profeta.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (22, 14-40)
Escucharemos la narración evangélica, por san Lucas, el evangelista nos orece la oportunidad hacer la diferencia significativa entre la presencia continua y personal y el recuerdo limitado al tiempo pasado.
Oración Universal:
El que preside: Por medio de Jesucristo, nuestro sumo sacerdote y mediador entre Dios y los hombres, elevemos nuestras peticiones al Padre, que dirige todas las cosas según su voluntad. Digamos: “Por el sacerdocio de tu Hijo, escúchanos, Señor”.
1.- Para que la Iglesia celebre siempre el Memorial de la pasión de Cristo, enriquecida por la fe y la devoción de todos sus miembros. Roguemos al Señor.
2.- Para que la acción sacerdotal de Jesucristo continúe dando la salud espiritual y la vida eterna a los hombres. Roguemos al Señor.
3.- Para que la vida de los sacerdotes sea fiel reflejo de la ofrenda que realizan sacramentalmente en el altar. Roguemos al Señor.
4.- Para que todos los hombres, especialmente los alejados y los no creyentes, encuentren en Cristo el camino que conduce hacia la salvación. Roguemos al Señor.
5.- Para que el Espíritu Santo mueva los corazones de quienes tomamos parte en el sacrificio eucarístico para ofrecernos juntamente con Cristo oferente y Hostia inmaculada. Roguemos al Señor.
El que preside: Movido por el Espíritu eterno, en el que tu Hijo Jesucristo consumó su población sacerdotal en la cruz, te pedimos, Padre de bondad, que santifiques a tu pueblo y escuches nuestra oración. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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