Moniciones: X Domingo.  Tiempo Ordinario. Ciclo B

Color: BLANCO

  • Primera Lectura. Is 61, 9-11: “Los que los vean reconocerán que son la estirpe que bendijo el Señor”.
  • Salmo Responsorial. I Sam 2, 1. 4-8: “Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador”.
  • Evangelio. Lc 2, 41-51: “Su madre conservaba todo esto en su corazón”.

Hoy celebramos la memoria del Inmaculado Corazón de María. Luego de meditar en las virtudes del corazón amoroso de Jesús, nos fijamos en el de nuestra madre, donde se nos revela un corazón puro que ama de verdad a su hijo y a todos. Hoy se nos hace una llamada a imitar la pureza del corazón de nuestra Madre y a través de él, seamos capaces de ver la mano de Dios obrando en nuestras vidas.

El pasaje bíblico conocido como Jesús perdido y hallado en el templo, nos invita a buscar otra perspectiva de este acontecimiento de la vida de Jesús, más que perderse, Jesús se reconoció como hijo de Dios y tomó la iniciativa de reconocer su misión y llevarla a cabo. María, que desconoce dicha misión, conservaba todo en su interior.

Los que tienen al Señor tienen razón para decir que se gozan en Él.

Su madre conservaba todo esto en su corazón. Ella rumiaba interiormente todas Y cada una de esas palabras Y escenas las comparaba, las reflexionaba, las amaba, se robustecía en la fe Y en el amor de Dios.

Presidente: A Dios fiel, a sus promesas, elevemos nuestra alabanza y nuestra oración diciendo juntos: “Escúchanos señor”.

1.- Por la Iglesia: que el Señor resucitado sea principio y fin de su predicación y que, testimoniando con fidelidad el Evangelio, coopere constantemente en la edificación del Reino de Dios. Roguemos al Señor.

2.- Por los misioneros: que rechacen toda forma de tibieza en el anuncio del Evangelio; que, fortalecidos por las promesas del Señor y sostenidos por su gracia, sean operadores de verdad al servicio de la Iglesia. Roguemos al Señor.

3.- Por los jefes de gobierno de las naciones, sobre todo los cristianos: que en el servicio del pueblo tengan como objetivo, no su propio prestigio, sino la gloria de Dios, para que siempre actúen con justicia y caridad. Roguemos al Señor.

4.- Por los que trabajan en el campo ecuménico: que, dejándose guiar por la caridad, establezca puentes de conexión y diálogo en torno a la única verdad que es Cristo. Roguemos al Señor.

Presidente: Señor, que para que cada hombre tienes palabras de salvación y de vida, haz que aceptemos morir a todo lo que nos aleja de ti, para poder vivir y gozar de tu presencia.  Tú que vives y amas Por los siglos de los siglos. Amén.

Lervidiana Castro Hernández/lervidianacastrohernandez1976@gmail.com

“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.

(San Alfonso María de Ligorio).

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