Domingo, 10 de marzo del 2024
- Primera lectura: II Cro 36, 14-16.19-23: Todos multiplicaron sus infidelidades.
- Salmo Responsorial: 136: Si me olvido de ti que se me paralice la mano derecha.
- Segunda lectura: Ef 2, 4-10: Nos dio una nueva vida con Cristo.
- Evangelio: Jn 3, 14-21: Entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Color: MORADO. IV Semana del Salterio
“Dios ama al hombre”
Buenas noches (días, tarde). Queridos hermanos en Cristo: nos estamos acercando a la gran fiesta de la Pascua, y por eso la Iglesia reflexiona en el gran amor que Dios nos tiene. Él amó al mundo hasta el extremo de entregar a su Hijo Único, con el fin que todos nos salváramos. Respondamos con fe, con entrega y oración al celebrar este gran acto de amor, la Eucaristía: sacrificio y banquete. Recibamos al celebrante y los ministros con el canto de entrada.
Primera lectura: II Cron 36, 14-16. 19-23 (La ira y la misericordia de Dios)
La primera lectura está tomada del segundo libro de las Crónicas, este libro fue escrito después del destierro de los judíos. Los israelitas habían sido infieles a Dios y a su alianza y no había escuchado a los profetas. Por eso perdieron su templo y su patria y se convirtieron en esclavos. Pero Dios es misericordioso; y después de 70 años regresaron a Israel y construyeron un templo, símbolo de la presencia de Dios. Escuchemos.
Segunda lectura: Ef 2, 4-10 (Por pura gracia están salvados)
San Pablo nos habla sobre nuestra salvación. El amor de Dios es tan grande que por Él estamos vivos con Cristo y muertos al pecado. Esta fe es un don de Dios. Nuestra respuesta debe ser de conversión muy profunda. Pongan atención a san Pablo.
Tercera lectura: Jn 3, 14-21 (Dios mandó a su hijo para que el mundo se salve)
San Juan nos presenta a Cristo como el Mediador entre Dios y los seres humanos. El salvó al mundo muriendo en la cruz para resucitar después. Los que creemos en Cristo tendremos con Él la vida eterna. Escuchemos este gran mensaje de fe y esperanza.
El que preside: Roguemos a Dios Padre que nos permita perseverar en la fe y démosle gracias por habernos dado a su Hijo, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna digámosle: “Alimenta, Señor, nuestra fe”.
1.- Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y la Iglesia universal, para que, habiendo conocido a Jesús, luz del mundo, prediquen que todo el que obra el bien, conforme a la verdad, se acercará a la luz. Roguemos al Señor.
2.- Por los que rigen los destinos de las naciones, para que al conocer lo bueno y lo justo, no prefieran, para sus pueblos, las tinieblas de la guerra y la pobreza sobre la luz de la paz y la prosperidad. Roguemos al Señor.
3.- Por los enfermos y los desposeídos, para que, en nosotros, encuentren solidaridad, consuelo y en nuestras obras, el rostro de Dios, al ver que las hacemos según su querer. Roguemos al Señor.
4.- Por nosotros, para que vayamos a proclamar que: “Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo, para que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna”. Roguemos al Señor.
El que preside: Padre, escucha las súplicas de tu pueblo y danos la gracia de seguir a Cristo, luz del mundo, para alcanzar un día el gozo de la vida eterna. Amén.
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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