Lunes, 4 de marzo del 2024
Color: MORADO. III Semana del Salterio
- Primera Lectura. II Re 5, 1-15a: “Entonces Naamán bajó y se bañó en el Jordán siete veces, según la palabra del hombre de Dios y su carne quedó limpia como la de un niño”.
- Salmo Responsorial: 41, 2.3;42,3.4 R/. Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿Cuándo veré el rostro de Dios?”.
- Evangelio. Lc 4, 24-30: “Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba”.
“Es difícil ser profeta en la propia tierra”
Entrada:
Hermanos en Cristo, misericordioso muy buenos días/tardes o noches.
Hoy como Naamán, nos consideramos a nosotros mismos como seres importantes, merecedores de atención personalizada y directa. Despreciamos lo sencillo que Dios nos pide y buscamos la forma de complicarlo, tal vez para ser los únicos que tengan la llave de acceso a la divinidad, los únicos con autoridad para enlazar con ella y comunicarla con los demás.
Hoy día aceptamos al profeta como lo harían los moradores de Nazaret: si viene cargado de regalos, si nos soluciona los problemas de liquidez, si nos resuelve el lio de la hipoteca, si nos llena la despensa y la cartera, si nos cura todas las dolencias que podamos tener. Solamente así seremos sus defensores, al menos mientras lo necesitemos.
Lectura del Segundo Libro de los Reyes (5, 1-15a)
En esta primera lectura, tomada del primer libro de los Reyes, vemos una imagen de la sencillez de Dios.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (4, 24-30)
El Evangelio nos muestra que es difícil ser profeta en la propia tierra. Los seres humanos tenemos memoria, casi siempre muy selectiva.
Oración Universal:
El que preside: Adiós que llama a todos los hombres a seguirlo y a confiar en Él, dirijamos nuestras oraciones. Digamos: “Por la fuerza de tu amor, escúchanos padre”.
1.- Por la Iglesia: que el Espíritu le conceda la fuerza de llevar la palabra de salvación a todo hombre. Oremos al Señor.
2.- Por el Papa Francisco: que esté siempre atento a la escucha confiada de la voluntad de Dios y de los signos de los tiempos. Oremos al Señor.
3.- Por los perseguidos a causa de la fe. Que encuentren en la oración el coraje para continuar siguiendo y sirviendo al Señor. Oremos al Señor
4.- Por las personas gravemente enfermas. Que el Espíritu les dé consuelo para vivir con serenidad el sufrimiento, y luz para reconocer en la solidaridad de los hermanos la presencia del Señor. Oremos al Señor.
El que preside: Padre bueno, escucha nuestras oraciones y guíanos por el camino de la salvación. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Lervidiana Castro Hernández/lervidianacastrohernandez1976@gmail.com
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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