Pbro. Felipe de Jesús Colón Padilla (Párroco de la Parroquia Jesús Maestro)
Recientemente, Ecuador, país sudamericano, ha vivido días de inestabilidad social y política, tras el asesinato de Fernando Villavicencio, candidato a la presidencia por el “Movimiento Construye”. El magnicidio ha consternado a los ecuatorianos y gran parte del mundo.
Fernando Villavicencio, nació el 11 de octubre de 1963, en la ciudad de Alausí, Provincia de Chimborazo. Ejerció el periodismo de investigación con pasión y responsabilidad, fue sindicalista. Tuvo cinco hijos con la hoy viuda Verónica Sarauz. Fue asambleísta nacional en el período: 2021-2023. Tras el anuncio del Decreto, denominado: “Muerte Cruzada”, por el actual presidente Guillermo Lasso, se disuelve la Asamblea Nacional y se convoca a elecciones presidenciales y legislativas extraordinarias, entonces Villavicencio se lanza a la carrera por la presidencia de la República.
Ecuador es un país con más de 18 millones de habitantes. Tiene 24 provincias. Su economía se sostiene básicamente con el petróleo, minería, el banano, cacao y aceite de Palma. La moneda oficial es el dólar americano.
La grave crisis política y conmoción interna era palpable, la ola de violencia y criminalidad tenía en zozobra a la familia ecuatoriana. La corrupción y la inseguridad ciudadana, era preocupación de todos. En meses anteriores ya habían asesinado a otros políticos y candidatos como fueron: Pedro Briones, Agustín Intriago, Rider Sánchez, Omar Menéndez. Desde el año 2021 hacia acá, han muerto más de 400 reclusos en las cárceles de ese país en motines y violencia interna. Algunos definen a Ecuador como un Estado fallido.
El programa de gobierno del occiso candidato era frenar el narco estado, que algunos entienden, se ha convertido la República del Ecuador. Invertir en la gente, en salud y educación. Pasar de la corrupción a la honestidad en el manejo de los fondos públicos. Su gran anhelo era sacar las mafias del petróleo y recuperar el dinero robado. Combatir el crimen organizado.
El fenecido candidato ya había sido amenazado de muerte, y el mismo Villavicencio había hecho público dichas amenazas. Para nadie es un secreto que el trasiego mundial de cocaína, ha desbordado la inseguridad en Ecuador. Los datos estadísticos arrojan que Ecuador es el tercer país donde se decomisa mas cocaína, solo debajo de Colombia y Estados Unidos.
Dado que la violencia y criminalidad se ha desbordado la Conferencia del Episcopal Ecuatoriana, ha emitido un comunicado donde manifiesta la solidaridad a la familia de Villavicencio. Condenan toda forma de violencia desatada en los diferentes niveles de la sociedad y se suman a la iniciativa por recuperar la seguridad social, y ratifican su compromiso de orar y trabajar por la paz, la libertad, la justicia y la verdad.
El pasado 09 de agosto, cerca de las 18 horas, después de un enardecido y desafiante discurso a sus partidarios, en un polideportivo en Quito, al abordar una camioneta, tres disparos penetraron en la cabeza de Villavicencio. Penosamente cegaron la vida de quien para muchos representaba una esperanza para los ecuatorianos.
Como nación dominicana, evitemos caer en la misma situación del Ecuador. El afán desmedido por el dinero, puede convertir a la República Dominicana en narco estado. ¡Dios nos libre!
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