Jueves, 7 de noviembre del 2024
- Primera lectura. Fil 3,3-8a: “Sin embargo, todo eso que para mí era ganancia lo consideré pérdida comparado con Cristo”.
- Salmo responsorial. 104,2-3.4-5.6-7: “Que se alegren los que buscan al Señor”.
- Evangelio. Lc 15,1-10: “Ése acoge a los pecadores y come con ellos”.
Color: VERDE
«Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta”
Primera lectura: Fil 3,3-8a
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses
Hermanos: Los circuncisos somos nosotros, que servimos a Dios desde dentro, y que ponemos nuestra gloria en Cristo Jesús, sin confiar en lo exterior. Aunque lo que es yo, ciertamente tendría motivos para confiar en lo exterior, y si algún otro piensa que puede hacerlo, yo mucho más: circuncidado a los ocho días de nacer, israelita de nación, de la tribu de Benjamín, hebreo por los cuatro costados, y, por lo que toca a la ley, fariseo; si se trata de intransigencia, fui perseguidor de la Iglesia, si de ser justo por la ley, era irreprochable. Sin embargo, todo eso que para mí era ganancia lo consideré pérdida comparado con Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial: 104,2-3.4-5.6-7
R/. Que se alegren los que buscan al Señor
Cántenle al son de instrumentos, hablen de sus maravillas; gloríense de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. R/.
Recurran al Señor y a su poder, busquen continuamente su rostro. Recuerden las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, ¡su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. R/.
Evangelio: Lc 15,1-10
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas
En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los pecadores y come con ellos».
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
XXXII Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo B. 10 de noviembre del 2024
Lecturas: XXXII Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo B
Moniciones: XXXII Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo B
Homilía 1: XXXII Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo B
Homilía 2: XXXII Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo B
Homilía 3: XXXII Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo B
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