Viernes, 16 de febrero del 2024
Lecturas: I Domingo. Tiempo de Cuaresma. Ciclo B
Color: MORADO. 4ta. Semana del Salterio
- Primera Lectura. Is 58, 1-9a: “Entonces nacerá una luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor”.
- Salmo Responsorial: 50, 3-4.5-6a.18-19: «Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias”.
- Evangelio. Mt 9, 14-15: “Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunarán”.
“Lo esencial del ayuno es la apertura que nos brinda para hacernos solidarios en las necesidades del prójimo”
Primera Lectura: Is 58, 1-9a
Lectura del Libro de Isaías
Así dice el Señor Dios: «Grita a plena voz, sin cesar, alza la voz como una trompeta, denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob sus pecados. Consultan mi oráculo a diario, muestran deseo de conocer mi camino, como un pueblo que practicara la justicia y no abandonara el mandato de Dios. Me piden sentencias justas, desean tener cerca a Dios. «¿Para qué ayunar, si no haces caso?, ¿mortificarnos, si tú no te fijas?» Miren: el día de ayuno buscan su interés y apremian a sus servidores. Miren: ayunan entre riñas y disputas, dando puñetazos sin piedad. No ayunen como ahora, haciendo oír en el cielo sus voces”. ¿Es ése el ayuno que el Señor desea para el día en que el hombre se mortifica?, mover la cabeza como un junco, acostarse sobre saco y ceniza, ¿a eso lo llaman ayuno, día agradable al Señor?
El ayuno que yo quiero es éste – oráculo del Señor: Abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo y no cerrarte a tu propia carne. Entonces nacerá una luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor. Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: «Aquí estoy».
Palabra de Dios
Salmo Responsorial: 50, 3-4.5-6a.18-19
R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa. Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. R/.
Los sacrificios no te satisfacen, si te ofreciera un holocausto, no lo querrías: Mi sacrificio es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. R/.
Evangelio: Mt 9, 14-15
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo
En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercaron a Jesús preguntándole: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?» Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunarán».
Palabra del Señor
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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