(Memoria Obligatoria: Santa Águeda, Virgen y Mártir)
Lunes, 5 de febrero del 2024. II Semana del Salterio
Color: ROJO
- Primera Lectura. I Re 8, 1-7.9-13: “La gloria del Señor llenaba el templo”.
- Salmo Responsorial: 131, 6-7.8-10: “Levántate, Señor, ven a tu mansión”.
- Evangelio. Mc 6, 53-56: “En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza”.
“Pedimos al Señor que escuche las súplicas de su pueblo”
Primera lectura: I Re 8, 1-7.9-13
Lectura del Primer Libro de Reyes
En aquellos días, Salomón convocó a palacio, en Jerusalén, a los ancianos de Israel, a los jefes de tribu y a los cabezas de familia de los israelitas, para trasladar el Arca de la Alianza del Señor desde la Ciudad de David (o sea Sión). Todos los israelitas se congregaron en torno al rey Salomón en el mes de Etanín (el mes séptimo), en la fiesta de los Tabernáculos.
Cuando llegaron los ancianos de Israel, los sacerdotes cargaron con el Arca del Señor, y los sacerdotes levitas llevaron la Tienda del Encuentro, más los utensilios del culto que había en la Tienda. El rey Salomón, acompañado de toda la asamblea de Israel reunida con él ante el Arca, sacrificaba una cantidad incalculable de ovejas y bueyes.
Los sacerdotes llevaron el Arca de la Alianza del Señor a su sitio, el camarín del templo, al Santísimo, bajo las alas de los querubines, pues los querubines extendían las alas sobre el sitio del Arca y cubrían el Arca y los varales por encima. En el Arca sólo había las dos Tablas de piedra que colocó allí Moisés en el Horeb, cuando el Señor pactó con los israelitas al salir del país de Egipto, y allí se conservan actualmente. Cuando los sacerdotes salieron del Santo, la nube llenó el templo, de forma que los sacerdotes no podían seguir oficiando a causa de la nube, porque la gloria del Señor llenaba el templo. Entonces Salomón dijo: «El Señor quiere habitar en las tinieblas, y yo te he construido un palacio, un sitio donde vivas para siempre».
Palabra de Dios
Salmo Responsorial: 131, 6-7.8-10
R/. Levántate, Señor, ven a tu mansión
Oímos que estaba en Éfrata, le encontramos en el soto de Jaar: entremos en su morada, postrémonos ante el estrado de sus pies. R/.
Levántate, Señor, ven a tu mansión, ven con el arca de tu poder: que tus sacerdotes se vistan de gala, que tus fieles vitoreen. Por amor a tu siervo David, no niegues audiencia a tu Ungido. R/.
Evangelio: Mc 6, 53-56
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos
En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos terminaron la travesía, tocaron tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza, y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto, y los que lo tocaban se ponían sanos.
Palabra del Señor
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”
(San Alfonso María de Ligorio).
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