Viernes, 22 de marzo del 2024
Color: MORADO. I Semana del Salterio
Lecturas: Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. Ciclo B
- Primera Lectura. Jr 26, 10-13: “Canten al Señor, alaben al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos”.
- Salmo Responsorial: 17,2-3a.3bc-4.5-6.7: “En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó”.
- Evangelio. Jn 10, 31-42: “Aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que comprendan y sepan que el Padre está en mí y yo en el Padre”.
“La ceguera espiritual impide que algunos reconozcan la verdad”
Primera Lectura: Jr 26, 10-13
Lectura del Profeta Jeremías
Oía el cuchicheo de la gente: «Pavor-en-torno, delátenlo, vamos a delatarlo.» Mis amigos acechaban mi traspiés: «A ver si se deja seducir y lo violaremos, lo cogeremos y nos vengaremos de él.»
Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado; mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo. Se avergonzarán de su fracaso, con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor de los ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón, que yo vea la venganza que tomas de ellos, pues a ti te encomendé mi causa. Canten al Señor, alaben al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial: 17,2-3a.3bc-4.5-6.7
R/. En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó
Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza, Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R/.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. R/.
Me cercaban olas mortales, torrentes destructores, me envolvían las redes del abismo, me alcanzaban los lazos de la muerte. R/.
En el peligro invoqué al Señor, grité a mi Dios: Desde su templo él escuchó mi voz y mi grito llegó a sus oídos. R/.
Evangelio: Jn 10, 31-42
Lectura del Santo Evangelio según San Juan
En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: «Les he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedrean?» Los judíos le contestaron: «No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios».
Jesús les replicó: «¿No está escrito en su ley: “Yo les digo: son dioses”? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, (y no puede fallar la Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿dicen ustedes que blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que comprendan y sepan que el Padre está en mí y yo en el Padre».
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: «Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad». Y muchos creyeron en él allí.
Palabra del Señor
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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