Solemnidad. Color: BLANCO. I Semana del Salterio
Martes, 19 de marzo del 2024
- Primera Lectura. II Sam. 7, 4-5a.12-14a.16: “Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre”.
- Salmo Responsorial: 88,2-3.4-5.17 y 29: “Su linaje será perpetuo”.
- Segunda Lectura. Rom 4,13.16-18.22: “Te hago padre de muchos pueblos”
- Evangelio. Mt 1, 16.18-21.24a: “Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor”.
“La confianza que Dios deposita en José pone de manifiesto hasta qué punto Dios valora al hombre”
Primera Lectura: II Sam 7, 4-5a.12-14a.16
Lectura del Segundo Libro de Samuel
En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi siervo David: «Esto dice el Señor: Cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Él construirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre».
Palabra de Dios
Salmo Responsorial: 88,2-3.4-5.17 y 29
R/. Su linaje será perpetuo
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R/.
Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: «Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades.» R/.
Él me invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora.» Le mantendré eternamente mi favor, y mi alianza con él será estable. R/.
Segunda lectura: Rom 4,13.16-18.22
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos
Hermanos: No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: «Te hago padre de muchos pueblos».
Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe, Abrahán creyó. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia.» Por lo cual le valió la justificación.
Palabra de Dios
Evangelio: Mt 1, 16.18-21. 24a
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
Palabra del Señor
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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