Jueves, 31 de octubre del 2024
- Primera lectura. Ef 6, 10-20: “Oren en toda ocasión con la ayuda del Espíritu”.
- Salmo responsorial. 143,1.2.9-10: “Bendito el Señor, mi Roca”.
- Evangelio. Lc 13,31-35: “Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”.
Color: VERDE
«Dios siempre está con nosotros, ofreciendo su amor”
Las lecturas de hoy nos invitan a considerar la fuerza y la protección que Dios nos ofrece en nuestra vida espiritual. En la Carta a los Efesios, San Pablo nos exhorta a buscar nuestra fuerza en el Señor y en su invencible poder. Nos recuerda que nuestra verdadera lucha no es contra personas de carne y hueso, sino contra las fuerzas del mal que actúan en el mundo. Estas fuerzas no son visibles, pero son poderosas y nos afectan en muchas formas. Por ello, Pablo nos anima a usar las armas que Dios nos da: la verdad, la justicia, la fe, la salvación y la Palabra de Dios.
Estas «armas» no son físicas, sino espirituales. El cinturón de la verdad nos mantiene firmes y nos protege del engaño. La coraza de la justicia nos ayuda a vivir de acuerdo con los principios de Dios, protegiendo nuestro corazón de la corrupción. El escudo de la fe nos defiende contra las dudas y tentaciones que podrían apartarnos de Dios. El casco de la salvación nos recuerda que, a pesar de las dificultades, ya hemos sido salvados por Cristo. Y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, nos da poder para enfrentar y superar el mal en nuestras vidas.
San Pablo también subraya la importancia de la oración. Orar en todo momento nos mantiene conectados con Dios y nos da la fuerza para resistir en los momentos difíciles. Además, nos pide que oremos unos por otros, especialmente por aquellos que, como él, están llamados a proclamar el Evangelio.
El Evangelio nos presenta a Jesús enfrentando la hostilidad de Herodes y lamentando la dureza de corazón de Jerusalén. Jesús muestra su valentía al continuar con su misión, a pesar de la amenaza de muerte. Esta actitud de Jesús nos enseña la importancia de perseverar en nuestra misión y en nuestra fe, sin temor a las adversidades.
Jesús también expresa un profundo amor y dolor por Jerusalén, una ciudad que ha rechazado a los profetas y ha cerrado su corazón a Dios. Sin embargo, Jesús no deja de amar a su pueblo y anhela reunirlo bajo su protección, como una gallina protege a sus polluelos. Esta imagen tierna nos recuerda el amor constante y protector de Dios, que siempre busca nuestro bien, aunque a veces nos alejemos de Él.
En resumen, las lecturas de hoy nos invitan a confiar en la protección de Dios, a vivir con valentía y fe, y a orar constantemente por nosotros y por los demás. Nos recuerdan que, aunque enfrentemos dificultades y tentaciones, Dios siempre está con nosotros, ofreciendo su amor y su fuerza para que podamos perseverar en nuestra vida espiritual.
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