Lunes, 11 de septiembre del 2023
Color: VERDE
- Primera Lectura. Col 1, 24-2,3: “Quiero que tengan noticia del empeñado combate que sostengo por ustedes”.
- Salmo Responsorial. 61, 6-7.9: “De Dios viene mi salvación y mi gloria”.
- Evangelio. Lc 6, 6-11: “Levántate y ponte ahí en medio. Él se levantó y se quedó en pie.
“El remedio está en poner amor en todas las cosas que hacemos”
Jesús, en su infinita bondad y su poder como Dios, se compadece de aquél que se presenta ante Él con un brazo paralítico, inútil. Cura aquella mano, le devuelve la capacidad de movimiento, le da agilidad y capacidad de movimiento. ¡Cuánta maravilla! ¡Cuánto asombro en el curado y en los que les observaban! Es que Jesús es así: no se deja ganar en generosidad.
Esa parálisis física podemos verla como un reflejo de una parálisis más profunda: la parálisis espiritual.
La parálisis espiritual nos impide realizar una actividad positiva, nos hace inactivos, nos hace entrar en una pasividad alarmante: sin deseos de mejorar la situación de vida, ni en lo personal ¡y ni digamos en lo comunitario! No hay inquietud por ser una mejor persona, por vivir como un hijo de Dios. Su organismo espiritual está seco, incapaz de actuar, de orar, de preocuparse por él y por los otros. Debemos estar alertas para no apartarnos, para no alejarnos.
El remedio está en poner amor en todas las cosas que hacemos, en nuestras acciones, ya sean privadas o públicas, en la casa o en la calle, en el trabajo o en el descanso, en la Iglesia o fuera de ella.
(Guía Litúrgica)
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