III Semana del Salterio
- Primera lectura: Ez 33, 7-9: “Corresponsabilidad con la “suerte” del prójimo”.
- Salmo Responsorial: 94, 1-2.6-9: “Escuchar la voz del Señor con corazón abierto”.
- Segunda lectura: Rom 13, 8-10: “A nadie le deban nada más que amor”.
- Evangelio: Mt 18,15-20: “Corrección fraterna”.
Color: VERDE
“LA CORRECCIÓN FRATERNA”
Por P. Wilkin Castillo, San Juan de la Maguana
Continuamos el proceso de profundización y conocimiento de la palabra de Dios, que sin temor a equivocarnos constituye parte central y espina dorsal de nuestra vida cristiana. Interesarnos por la palabra que ilumina, libera y engendra vida en nosotros, es una acción titánica y digna de reconocimiento.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos.” Aquí en este mandato por parte de Jesús se cumple una frase muy conocida que dice: “Que la fe es personal, pero nos queremos salvar en racimos, en comunidad.” El hecho de uno encontrar una persona que nos corrija es muestra de que somos importantes para ese hermano y da muestra de que quiere lo mejor para nosotros.
“Si te hace caso, has salvado a tu hermano.” Algo puntual y para tenerlo en cuenta, al corregir un hermano debemos ser empáticos y hacerlo con delicadeza, amor y humildad, pero sobre todo basado en la libertad y respetando la decisión de aquella persona aconsejada.
“Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos.” Los testigos han estados presentes en muchos procesos que se suceden en la cotidianidad de nuestra vida, un testigo es aquel que afirma y confirma un hecho, situación o acontecimiento en donde esta persona ha estado presente.
“Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano.” Comunicárselo a la comunidad es el último recurso a agotar, pues a las personas debemos hacer el mayor esfuerzo de no violarles sus derechos y ante todo salvaguardar su fama personal. El hecho de considerarlo un gentil o un publicano es una situación que debe costarnos mucho y pedirle al Todopoderoso que nos permita saber lidia con situaciones tan difíciles de enfrentar.
“Les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.” Aquí podemos apreciar como Jesús comparte su rol y da una participación directa a los pastores, en donde Jesús no deja de ser dueño y señor del rebaño
“Les aseguro, además, que, si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Sale a relucir la necesidad que tenemos de entendernos y ponernos de acuerdo, buscando ante todo una salida salomónica a todo aquello que nos afecta y que se convierte en amenaza para la tranquilidad, paz, sosiego y desarrollo personal y comunitario.
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