Jueves, 7 de septiembre del 2023
Color: VERDE
- Primera Lectura. Colo 1, 9-14: “El poder de su gloria les dará fuerza para soportar todo con paciencia y magnanimidad, con alegría, dando gracias al Padre”.
- Salmo Responsorial. 97, 2-3ab.3cd-4.5-6: “El Señor da a conocer su victoria”.
- Evangelio. Lc 5, 1-11: “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.
“Jueves Eucarístico de la pesca milagrosa de San Pedro”
La Eucaristía es la Pesca Milagrosa de la Iglesia de San Pedro, el Pescador de Hombres. De muchos. De una multitud incontable. Cristo prometió quedarse en medio de nosotros en la Eucaristía. Nosotros, comunidad cristiana, creemos en su presencia misteriosa, y real en el Santísimo Sacramento del Altar. La Eucaristía nos comunica la vida.
Las Sagradas Escrituras cobran su sentido solamente desde la Fracción del Pan. Es un mandato para toda la humanidad: Hagan esto en conmemoración mía. Nuestra fe está garantizada con la celebración participativa de la Santa Misa. Es allí que se da el verdadero encuentro con Cristo muerto y Resucitado en comunidad. Sacramento del perdón, la unidad y la resurrección de los muertos. Comulgar es recibir la misericordia divina en pleno.
Para ello, se requiere confesarse. Nuestra familia, comunidad, Iglesia y país necesitan como centro y sostén a la Eucaristía. Sin ella todo sucumbe. Hemos de comer un mismo Pan y beber del mismo Cáliz del Señor. Las fuerzas para nuestra unión están en el comulgar en común. No se entiende la vida de fe ni la vida social sin la Eucaristía.
Resulta todo un sin sentido, sin ella. En esta Casa de la Anunciación de los Siervos de Cristo Vivo fue el último lugar en que mi madre participó de la Santa Misa en Comunidad. Fue el martes 15 de agosto pasado, día de la Solemnidad de la Virgen María. Previo a esto, temprano en la tarde la infectóloga le mandó a rayos X y a hacerle un laboratorio de emergencia. Yo pensaba que su muerte estaba muy lejos. Me adelanté a venir acá para no llegar tarde a la Misa acá. Fue todo digno de la Virgen María: incienso, cantos preciosos, comunión bajo las dos especies. Ya estaba en el Altar, y entró mi madre Isaura, auxiliada por mi hermana Gloria. Ella protestó porque no estaba maquillada y vestida con la elegancia acostumbrada por ella, y no le gustaba estar así delante de la gente. La veía desde donde estaba yo presidiendo, y ella con esa fragilidad a que la estaba sometiendo aquella pneumonía que mostró luego la placa, y el cáncer que más tarde le detectarían, a pesar de que en los picos meses pasados nos saliamos de un médico. Ese día comparé a la Virgen María como esa Las madres que sacrificaron su vida por sus hijos.
En el fondo era comparádola con mi madre. Sé que más que escucharme, era la descripción de la vida de mi madre. Fui a llevarle la Comunión bajo las dos especies a su asiento al lado de mi hermana Gloria que la sostenía. Don Santiago, Siervo de Cristo Vivo, nos llevó a casa al ver lo débil de mi madre. Siempre caballero y cristiano Don Santiago. Les pido que con esta Santa Misa para renovar nuestra fe en este Jueves Eucarístico del novenario de mi madre, que sus madres, padres, familiares, hijos, vecinos y todos acudamos a comulgar. ¡No sabemos cuándo será nuestra última Misa! Es nuestro pasaporte al Cielo. Tengo la plena seguridad de que mi Madre Isaura está en el Cielo. ¡Qué está reunida con mi papá, el Doctor Manuel Antonio García Sugrañes allá! Y que un día nos reuniremos la familia porque hemos creído y comulgado a Jesús Eucaristía. En unas horas pocas iremos a colocar las cenizas de mi padre junto a las de mi madre en el columbario de ambos. No sé cómo mi hermana con la ayuda de mi cuñado en dos días hizo toda la tramitación para exhumar ayer a mi padre. Otro de los milagros que hemos vivido en medio de tanto dolor. Este milagro lo hizo mi madre, la más fiel y mejor esposa que Dios hubo concebido. Volverán a reunirse después de dos años separados por la muerte y ya nada ni nadie los separará.
En Jesús, José y María
Evangelizar según el Magisterio de la Iglesia
P. Manuel García: epam45@gmail.com
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