Feria o Memoria Libre: San Ramón Nonato, Religioso
Sábado, 31 de agosto del 2024
Homilía: XXII Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo B
Color: VERDE o BLANCO
- Primera Lectura. 1 Cor 1, 26-31: “El que se gloría que se gloríe en el Señor”.
- Salmo Responsorial. 32, 12-13.18-19.20-21. “Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad”
- Evangelio. Mt 25, 14-30: “Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene”.
“El Señor ha repartido los talentos de acuerdo a la capacidad de cada uno”
Celebramos hoy la memoria de San Ramón Nonato, fraile mercedario, su ejemplo nos ayuda a ver la fuerza de la gracia actuando en nosotros por la misericordia de Dios.
San Pablo dice a los Corintios que Dios: “…ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor”. Todo es gracia, todo es amor de Dios, ojalá que nunca olvidemos esta gran verdad.
El salmista dice con confianza que “los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia”, Dios no nos abandona, como a veces creemos, nuestras súplica están siempre en su presencia, podemos confiar en su providencia que es copiosa y salvífica.
En el Evangelio Jesús nos narra la parábola de los Talentos. En el último día de este mes es bueno que reflexionemos sobre nuestros talentos y cómo los estamos aprovechando para servir mejor al Señor.
En este texto pudiera parecer que Dios es un Dios riguroso, un Dios ambicioso que únicamente se preocupa por su dinero y por la eficacia de quienes están a su servicio. Pero no podemos quedarnos en lo aparente del Evangelio, sino que debemos ir a lo profundo, a la enseñanza que en verdad nos quieres dejar.
Algo en lo que podríamos fijar la mirada con certeza es que el Señor no deja a ningún obrero sin talento. A todos le da algo con lo cual puedan fructificar. A uno le das diez, a otro cinco, a otro uno. Pero ninguno queda sin talentos. Y a mí y a ti, ¿cuántos nos has dado? … Pidamos a Jesús la gracia para descubrir cuáles son esos talentos y el don de no compararnos con aquellos que puedan tener más o mejores talentos que los míos. El Señor ha repartido los talentos de acuerdo a la capacidad de cada uno, por tanto, confía en nosotros y espera frutos de amor, esperanza y fe.
Los talentos no son un derecho. Son un regalo amoroso que Dios nos hace. Generalmente un regalo se recibe para usarlo, para darle valor, compartirlo. No lo recibimos para guardarlo sin destapar y mantenerlo ajeno a nuestras vidas. Esto fue lo que hizo aquel siervo del Evangelio. No se detuvo a valorar la confianza que le había dado su señor, ni lo valioso del único talento que poseía, ni lo mucho que podía ganar con él. Simplemente recibió y escondió, desenterró y entregó.
El Papa Francisco lo ha expresado muy bien: «Ante las necesidades del prójimo, estamos llamados a privarnos… de algo indispensable, no sólo de lo superfluo; estamos llamados a dar el tiempo necesario, no sólo el que nos sobra; estamos llamados a dar enseguida sin reservas algún talento nuestro, no después de haberlo utilizado para nuestros objetivos personales o de grupo”. (Angelus, 8 de noviembre de 2015).
Dios es generoso y nunca se deja ganar en generosidad, pon tus dones a su servicio y seguro se multiplicarán.
(Guía Litúrgica)
Homilía: XXII Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo B
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