Memoria Obligatoria: Santa María Reina
Jueves, 22 de agosto del 2024
Color: BLANCO
- Primera Lectura. Ez 34, 1-11: “¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos!”.
- Salmo Responsorial. 22, 1-3a.3b-4.5.6: “El Señor es mi pastor, nada me falta”
- Evangelio. Mt 20, 1-16a: “Vayan también ustedes a mi viña”.
“Se nos llama a la coherencia en el amor, estamos invitados todos a la boda, depende de nuestra respuesta”
En este día de Santa María Reina aparece la imagen de la boda, pero el protagonista es el Rey. Él prepara la boda, él invita, vuelve a invitar y descubre a quien no viste adecuadamente… Podría sonar demasiado extraño este Evangelio porque, ¿cómo es posible que alguien rechace la invitación a una boda donde habrá vino, música y buen ambiente? Y más si la invitación viene del rey. Al menos hoy día son pocos los que rechazarían esta oferta tan especial. Pero es claro que esta parábola Cristo nos la dibujó así para que comprendiésemos que todos estamos invitados a participar del gran banquete que celebrará en el cielo, y el banquete de la Eucaristía al que cada día somos invitados y lo rechazamos por mil preocupaciones, actividades y excusas.
La parábola de la fiesta de bodas trata sobre el llamado de Dios a ser parte del reino de los cielos a cada persona que escucha la Palabra del Señor, por medio de la predicación del Evangelio, ya sea por un compañero de estudio, de trabajo, vecino o persona que se encuentre en un bus, o un parque, y de las consecuencias que vienen si se rechaza este llamado. Es Dios llamando a muchos que necesitamos disfrutar del gran banquete que tiene preparado para los que le aman. Muchos lo rechazan, pero otros reciben el llamado con gozo para seguir a Jesucristo sinceramente y sin medida.
San Agustín nos ilustra: “¿Cuál es, pues, el traje de boda? Este: el objetivo del mandamiento —dice el apóstol— es el amor que procede de un corazón puro, de una conciencia recta y de una fe no fingida. Este es el traje de boda. No cualquier amor, pues con frecuencia vemos que se aman hombres partícipes de una mala conciencia. Quienes juntos cometen robos, juntos causan daños, juntos aman a los histriones, juntos aclaman a los aurigas y cazadores del circo, en la mayor parte de los casos hay amor entre ellos; pero no existe en ellos el amor que procede de un corazón puro, de una conciencia recta y de una fe no fingida. Tal amor es el traje de boda”.
Se nos llama a la coherencia en el amor, estamos invitados todos a la boda, depende de nuestra respuesta. El llamado de Cristo es amoroso y es sincero no lo pierdas por distracciones que te alejan del Señor y te desnudan del traje del Amor.
(Guía Litúrgica)
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