Domingo, 17 de agosto del 2025. IV Semana
- Primera lectura: Jr 38,4-6.8-10: Represión a la predicación de Jeremías.
- Salmo Responsorial: 39: Señor, date prisa en socorrerme.
- Segunda lectura: Hb 12,1-4: Despojémonos, como ellos, de todo peso inútil.
- Evangelio: Lc 12,49-53: Yo vine a encender fuego en el mundo.
Color: VERDE
“¡Y ojalá estuviera ya ardiendo!”
Hay palabras de Jesús que son muy fuertes, que nos retan de verdad. «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!», qué gran compromiso, seguir a Jesús con radicalidad y con corazón entregado.
La Carta a los Hebreos nos invita a “no cansarnos ni perder el ánimo”, pues el Señor afianza nuestros pies sobre roca y asegura nuestros pasos.
El Evangelio del Señor, ayer como hoy, provoca siempre una división: la Palabra de Dios divide, ¡siempre! Provoca una división entre quien la acoge y quien la rechaza. A veces también en nuestro corazón se enciende un contraste interior; esto sucede cuando advertimos la fascinación, la belleza y la verdad de las palabras de Jesús, pero al mismo tiempo las contradecimos porque nos cuestionan, nos ponen en dificultad y nos cuesta demasiado vivirlas.
Jesús emplea un lenguaje contradictorio en apariencia para dar a entender precisamente en qué consiste el verdadero amor a Él. Sí, porque el amor, realmente como lo ha de entender el cristiano está muy lejos de ser un diluido sentimiento de afecto, bonito y pasajero como una flor de primavera. Más bien es como el fuego que a la vez lo enciende todo y va consumiendo una y otra cosa; es algo que se extiende, que tiende por su naturaleza a expandirse con calor, Que divide a los corazones fríos e insensibles que sólo piensan en llenar sus indigentes pretensiones. Así es la caridad. Ese es el fuego que Cristo espera arder en los corazones de los que le amen.
Pidamos al Señor, saber amar hasta ser incomprendidos por los egoístas de este mundo. Pidamos vivir en estado de lucha, en la lucha del que cree en la fuerza del amor y consigue que el mayor número de seres humanos conozca a ese Dios que se entregó por ellos por puro amor. En esto conocerán los demás que somos verdaderamente de Cristo. Y a tener confianza en Él. Porque el amor siempre logrará la victoria definitiva sobre la violencia, el pecado y la muerte.
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hi
Deseo leer laso moniciones porque me hace entender mejor las lecturas gracias
Puedo recibir diaria mente la palabra diría?
Quisiera que me mandasen las moniciones de las lecturas del Domingo.
Interesante percatarse de lo que decís aquí: como la comodidad y las pequeñas seguridades pueden anestesiar el corazón olvidando las…