Color: BLANCO

  • Primera Lectura. Dn 7, 9-10.13-14: “Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino jamás será destruido”.
  • Salmo Responsorial. 96, 1-2.5-6.9: “El Señor reina, altísimo sobre toda la tierra”.
  • Segunda lectura: 2 Pe 1, 16-19: “Y nosotros escuchamos esta voz, venida del cielo, mientras estábamos con el Señor en la montaña santa”
  • Evangelio. Mc, 9, 2-10:“Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.

El misterio que hoy celebramos lo manifestó Jesús a sus discípulos en el Monte Tabor. En efecto, después de haberles hablado, mientras iba con ellos, acerca del reino y de su segunda venida gloriosa, teniendo en cuenta que quizá no estaban muy convencidos de lo que les había anunciado acerca del reino, y deseando infundir en sus corazones una firmísima e íntima convicción, de modo que por lo presente creyeran en lo futuro, realizó ante sus ojos aquella admirable manifestación, en el Monte Tabor, como una imagen anticipada del reino de los cielos.

Cristo es el Centro de la Transfiguración. Hacia él convergen dos testigos de la primera Alianza: Moisés, mediador de la Ley, y Elías, profeta del Dios vivo. La divinidad de Cristo, proclamada por la voz del Padre, también se manifiesta mediante los símbolos que san Marcos traza con sus rasgos pintorescos. La luz y la blancura son símbolos que representan la eternidad y la trascendencia: «Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, corno no puede dejarlos ningún batanero del mundo» (Mc 9, 3). Asimismo, la nube es signo de la presencia de Dios en el camino del Éxodo de Israel y en la tienda de la Alianza (Ex 13,21-22; 14,19.24; 40,34.38).

La Segunda Carta de San Pedro, cuando comenta la escena de la Transfiguración, pone fuertemente de relieve la voz divina. A Jesucristo «Dios lo llenó de gloria y honor, cuando la sublime voz del Padre resonó sobre él, diciendo: «Este es mi Hijo amado, en quien Yo me complazco». Y nosotros escuchamos esta voz, venida del cielo, mientras estábamos con el Señor en la montaña santa. Tenemos también la firmísima palabra de los profetas, a la que con toda razón ustedes consideran como una lámpara que ilumina en la oscuridad, hasta que despunte el día y el lucero de la mañana amanezca en los corazones de ustedes» (2 P 1,17-19).

A nosotros, hermanos y hermanas, peregrinos todavía en la tierra, se nos concede gozar de la compañía del Señor transfigurado, cuando nos sumergimos en las cosas del cielo, mediante la oración y la celebración de los misterios divinos. Pero, como los discípulos, también nosotros debemos descender del Tabor a la existencia diaria, donde los acontecimientos de los seres humanos interpelan nuestra fe. En el monte hemos visto; en los caminos de la vida se nos pide proclamar incansablemente el Evangelio, que ilumina los pasos de todos los creyentes. Dios quiera que también reflejemos el Rostro verdadero de Jesús con nuestra vida.

(Guía Litúrgica)

Si deseas recibir en tu móvil por WhatsApp, únete a este grupo: https://chat.whatsapp.com/LpG5T2vq07kFMUGgU8WeUc

Lecturas      Homilías     Moniciones    Oración de la noche

Anote este número. 829 694 1948 y este correo-e: aire96fm@gmail.com y escríbanos para mantenerse informado de las novedades y actualizaciones de esta página  ¿Le gustaría recibir nuestro boletín semanal por correo electrónico?

Suscríbete entrando aquí. Queremos orar contigo, llena el siguiente formulario y estaremos orando por ti y tus necesidades. Dios es quien hace la obra, nosotros te acompañamos clamando por ti: AQUÍ.

“NO FALTA PAN”

RODEADOS DE ACTORES Y ESPECTADORES

Un pacto por la dignidad humana

RICOS EN TECNOLOGÍA, POBRES EN HUMANIDAD

Escuche aquí el Evangelio para HOY